Uno de estos niños no es como los otros

"¿Qué le gustaría hacer si fuese invisible por un día?" es una pregunta ingeniosa que apela a nuestro ser voyerista. Se la hicieron hace poco a un joven futbolista carismático quien respondió: “Me imagino que iría al baño de mujeres en un gimnasio”. Woody Allen la respondió en Alice con las hierbas del Dr. Yang, haciendo invisibles a sus protagonistas para que vieran la vida privada de sus seres queridos e incluso participaran en una sesión de psicoterapia de sus exparejas. Esta información es poderosa y es uno de los recursos vitales de todos los organismos de inteligencia públicos o privados. De ahí la imperiosa necesidad de regular su práctica y alcance.
 
Ayer Rebekah Brooks fue detenida y liberada bajo fianza por obstrucción de la justicia en el caso de las escuchas de los detectives privados contratados por News of the World. El mes pasado el juez Baltazar Garzón fue expulsado de manera fulminante de su cargo e inhabilitado por 11 años por haber autorizado las escuchas a los abogados con sus clientes en prisión de la red Gürtel. Nuestra mujer que sabe demasiado,  no nuestra mujer en Ciudad de La Habana sino en Ciudad de Panamá, María del Pilar Hurtado, exdirectora del DAS, goza mientras tanto del asilo político: uno de estos niños no es como los otros. No, no me refiero al juez Garzón (quien evidentemente no merece esta compañía femenina) sino al alcance de la justicia con quienes han practicado de manera justificada o injustificada e ilegal las escuchas. (Sigue leyendo »»)