Alto Songo

La masacre de 1912 es uno de los episodios más dolorosos de la historia de Cuba: fueron asesinadas entre dos mil y seis mil personas, pertenecientes en su mayoría al Partido Independiente de Color (PIC). El PIC luchaba porque se cumpliera a cabalidad la nueva constitución de la recién creada República de Cuba: «Todos los cubanos son iguales ante la Ley. La República no reconoce fueros ni privilegios», pues el racismo en el país seguía imperando, con realidades tan absurdas como que alguien de la raza de color no podía ser policía, entre otras barbaridades.

El PIC se alzó en mayo de 1912 y ya para julio de 1912 había sido brutalmente reprimido. Uno de los incidentes entre estos meses fue el incendio de La Maya, cuando miembros del PIC se tomaron este poblado. Poco después se incendió una ferretería, no se sabe aún si fue un accidente o no, el caso es que el fuego se extendió por las barracas de la guardia rural y la estación del tren. Este hecho es conocido como La toma e incendio de La Maya.

Siguiendo la tradición de los soneros, los juglares de los afrodescendientes en Cuba, el compositor Luis Martínez Griñán (creador también del tumbao) recogió esta historia en su clásico Alto Songo (se quema La Maya). Hoy lo recordamos en la serie Échale salsita con varias versiones del tema, que no por ser más espectaculares nos quitan de la memoria la lucha vigente contra el racismo. Empieza pues el banquete:

La versión original de Chappottín y sus estrellas, con la voz de Miguelito Cuní:

httpa://www.youtube.com/watch?v=RRbd06JXd_4

La versión contemporánea del Conjunto Chappottín:


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Oferta de trabajo

Hoy me encontré una de las ofertas de trabajo más originales del mercado. Estuve revisando el código del nuevo portal del NRC y esto fue lo que encontré:

nrc vacatuur

NRC busca para contratar de inmediato a un experimentado desarrollador de back-end.

Me imagino que el candidato que diga cómo se enteró de la oferta recibirá puntos extra. Genial.

Vientos de otoño

1.

Aparte de su recién estrenado cuarto piso, A. cumple también un año de estar yendo a una personal coach. Dejó a su psicoanalista cuando molesta por tantas sesiones en que ella no le decía nada le pidió algún diagnóstico para saber si la estaba entendiendo y no le gustó nada lo que escuchó: “El corazón de tu inmadurez es que no te tomas en serio”. Durante semanas A. estuvo discutiendo este diagnóstico con cuanto amigo se encontraba, le parecía increíble haber gastado tanto dinero para escuchar semejante sandez, que empeoraba cuando alguien le decía que su irascibilidad al recordarlo probablemente era una señal de que la psicoanalista había dado en el clavo: “Así funciona la resistencia”. Dicho esto, había que salir a correr.

Finalmente siguió el consejo de una amiga que le recomendó una cita con su coach para ver si podrían trabajar juntas. Hubo empatía y la verdad es que A. ha avanzado mucho en el manejo de sus ataques de ira. La clave, me dice, es que ha ido aprendiendo a relativizar las cosas: quizás lo que alguien le dice tiene un sentido diferente al que ella interpreta inicialmente. Ha aprendido a preguntar ¿qué quieres decir con eso? como herramienta para retrasar la chispa y estar abierta a una interpretación diferente a la suya.

Como parte de este ejercicio llegó a mi casa con cierta molestia. Pensé que estaba a punto de cambiar la teoría de la relatividad por la cuántica: “Cuánto me emputa ese tipilín”. Sólo esperaba no ser el causante de su disgusto. Al principio me sucedía eso: la notaba molesta y me preguntaba qué bestialidad habría dicho o hecho para que se pusiera así, hasta que con el tiempo aprendí que ella es de chispa rápida. Puso literalmente el motivo de su molestia sobre la mesa. El libro El intenso calor de la luna, de Gioconda Belli. “¿Lo has leído?”, me preguntó inquisitiva.

—No, ¿es una autora italiana?

—Es nicaragüense –respondió con tono de ira controlada.

—¿De verdad que no sabes nada del libro?

—Te juro que es la primera vez que lo veo en mi vida. Siento una pequeña molestia, ¿qué te disgusta del libro?

—No lo he leído tampoco, pero ya hice la quick review: se trata sobre la menopausia. ¿Puedes creerlo? (Sigue leyendo »»)

Un rostro (o las fronteras de la belleza)

1.

En la octava entrega de la serie The Man ya mencionaba la anécdota del rompimiento de Giacometti con André Breton y el surrealismo. Esta anécdota dio origen al documental What is a Head, donde se cuenta con lujo de detalles las horas que Giacometti pasaba estudiando el rostro de su modelo y esposa, Annette. Ella a veces se preguntaba si el pintor se había perdido en su mundo interior o si realmente la estaba contemplando.

2.

Es curioso notar las exclamaciones que los momentos de éxtasis tienen en cada deporte. Por ejemplo, ante una clavada espectacular en el baloncesto es inevitable decir “¡Ooohhhh!”, el “ouch” que se escapa ante un knock-out de Mike Tyson, el “¡ahhhh!” de placer por un passing shot cruzado, el “gol” de vocal infinita que algunos rematan con un madrazo en Colombia, etc. Tuve una mezcla de “ooohhh”, “ahhh” y, sobre todo, “ouch” en una clavada en la cancha del barrio. Me excedí en potencia, clavé el balón muy duro y mi dedo pulgar se dislocó con el aro. Fue horrible verlo así, superdoloroso también, por un acto reflejo lo puse en posición con la otra mano y salí corriendo al hospital. Nunca se recuperó del todo. Si juego muy fuerte basket corre el riesgo de dislocarse de nuevo. Debo apretar las vendas muy fuerte cuando voy a boxear: un jab mal dado podría hasta romperlo. (Sigue leyendo »»)