The Man (2)

Usain Bolt lo hizo de nuevo: pulverizó su propio record mundial. En la imagen tomada de la tv aparece una marca de 18,90, ¿acaso se trata de una imagen futurista?

Hablaba con una amiga alemana sobre Bolt y me dijo "pero algo tienen que estar metiéndose". Ya escuché ese comentario otro par de veces esta semana. Bueno, es comprensible el trauma del doping para los alemanes, especialmente la secuela dejada por los tiempos de la RDA, pionera en el uso de asteroides, y de la RFA años después que no se quiso quedar atrás. En estos momentos, las pruebas antidoping de Bolt se deben de estar haciendo con tecnología nanonuclear, tal como se hicieron en Pekín. Y de momento, nada.

El País hizo un buen (aunque no muy profundo) reportaje sobre el fenómeno del atletismo en Jamaica. Ahí se puede encontrar la pasión de toda una nación por este deporte. Es casi que una versión caribeña del cuento de Kakfa De la construcción de la muralla china, donde todo un país se enfoca hacia un mismo objetivo, con especial atención a las escuelas.

En esta carrera Bolt dio todo lo que tenía. La impresión después de la de 100 metros es que aún puede correr más rápido. Quizás logre mejorar su tiempo en los 200 con más espacio entre las carreras. ¿Cuál será su condición para la prueba de relevos 4×100 el sábado? ¿Veremos un nuevo registro mundial?

Independientemente de ellos, el placer de verlo correr es enorme. La cita es el sábado!

El golfista, por Eric Koller

Enlazado del sitio oficial de Eric Koller.

Tuve el gran placer de ver a Eric Koller en vivo el martes pasado en De Parade,  un festival itinerante de teatro, donde la creatividad, el ingenio y la originalidad siempre están presentes. Esta vez Koller presentó una obra vibrante, donde en 8 minutos mostró al menos 25 diferentes usos del palo de escoba. Luego hizo una escenificación de una banda de tiro con intervenciones intermitentes de mosca gigante. Más de una vez uno se pregunta: «¿De dónde se le ocurren estas cosas?».

Espejo de la liebre

Hagenspiegel, por Markus Raetz

La obra de Markus Raetz fue un grato descubrimiento en la exhibición «Una imagen puede guardar otra» en el Grand Palais en París. Raetz se ha especializado en obras de arte que contienen o reflejan otras. Comparte ese efecto de quiebre con lo cotidiano con Teun Hocks, en el que al ver de cierto ángulo un objeto, puede reflejar otro completamente diferente. En el documental en DVD que se podía conseguir en la exposición, se acompaña a Raetz en la creación fabulosa de su obra basada en una de las siluetas de Man Ray. Todo un placer para el espíritu.