En el camino a Utópica me encontré con un monje budista en la Plaza Keym en Bruselas. Nos saludamos con la mirada, sonriente me preguntó ¿cuándo regresarás a casa? Mi respuesta intuitiva fue todavía no. Él asintió. Olvidé preguntarle dónde quedaba mi casa.
Gánsteres de Nueva York
Al parecer muchos de los electores de Trump esperaban que el multimillonario compartiría con ellos la fórmula para ser millonarios y todos entrarían en la Era Dorada, en el Nuevo Renacimiento prometido por su líder. Trump lideraría los EUA como ha hecho con sus negocios y distribuiría las ganancias entre todos. El choque con la realidad no está siendo amable.
El primer baño de agua fría vino con la redada a Zelensky. Una escena infame en la que se veía a un líder en guerra matoneado por un par de gánsteres. Me preguntaba cómo un empresario que ha hecho su fortuna en el mercado de los bienes raíces le dice al presidente de un país invadido que tendrá que ceder ante el invasor y que no está ahora en posición de exigir nada, no tienes las cartas para hacerlo. ¿Qué haría Trump si le dijeran que un piso de la Torre Trump ha sido tomado por familias mexicanas que se niegan a abandonarlo? No cedería un milímetro cuadrado de tierra. ¿Por qué le exige esto a Zelensky entonces?
Sigo explorando esa pregunta y pienso ahora que es porque él hará lo mismo que Putin: apropiarse de Groenlandia, el canal de Panamá y hasta Canadá. Tal parece que cree que es una prerrogativa de los países poderosos y que los demás no están en capacidad de hacer nada contra ellos. Un gánster que se toma el barrio y a ver quién se atreve a sacarlo.
(Sigue leyendo »»)Ladies’ night o el camino a Groningen
En una charla con el público en Groningen, alguien le preguntó a Philip Glass que cómo le había parecido el viaje desde Amsterdam a Groningen (2 horas en auto). Estábamos a finales del otoño y Glass comentó que el viaje le había recordado mucho su proceso de creación: «Me siento a componer y es como un viaje acá, todo muy nublado y a medida que voy avanzando hay un momento en que se disipan las nubes y algo aparece que me sorprende». Esta anécdota la tengo siempre presente desde que la escuché porque me parece que describe muy bien el proceso creativo. Tuve otro ejemplo reciente con el escultor griego Nakis Panayotidis. En un documental sobre su obra lo mostraban en su estudio, él tomaba su bloc de notas y decía: «90% de lo que está acá no se materializará nunca, pero me ayuda a ir buscando lo que quiero».
Hacía un tiempo que no escuchaba Ladies’ Night y volví a pensar en ese viaje a Groningen: ¿cómo llega la canción a ese puente maravilloso de This is your night / Everything is gonna be all right. Nada al principio apunta a él. Me puse a investigar. Leí las memorias de George Brown, uno de los fundadores de Kool and The Gang, compositor de varios de sus grandes temas. Esto es lo que cuenta de la canción:
I was living in Gramercy Park at the time, and all the guys would come to my apartment to hang out. We goofed off in the park, tossed around a Frisbee, and, of course, jammed and worked on songs when we felt inspired. So when I had the idea for a song, I’d already come up with the melody and chord changes. One day when we were all in the studio jamming and experimenting as usual, I went to J.T. and played what I’d written, because I wanted to get his input as the vocalist. “Hey, man, I like this,” he said quickly. Khalis mentioned something about ladies’ night, a popular promotion at nightclubs to bring in women. We often went to clubs like Studio 54, where it was ladies’ night every Friday. That phrase was added to the groove I had created along with some of my lyrics about living on Fifty-Seventh Street with no money. I think it was J.T. who mentioned adding “disco lights,” and it continued from there. We continued to build on the music along with the lyrics, and “Ladies’ Night” was born.
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ChatGPT, protocolo de colaboración
Hace casi 2 años tuve mi primer acercamiento a ChatGPT, lo registré en esta entrada. He seguido usándolo casi a diario desde entonces y en general sigo pensando lo mismo. Novedades que podría agregar: en cuanto a preguntas de programación ha mejorado muchísimo más; en materia de ciencias sociales sigue patinando mucho, si bien está enriqueciendo con diferentes puntos de vista sus respuestas y ahora que puede consultar noticias en tiempo real, se ha convertido en una gran fuente de investigación. Subrayo lo de fuente: no se le puede tomar como la autoridad final en lo que dice.
Umberto Eco, que no conoció la IA, nos lanzó un desafío muy interesante para relacionarnos con los avances tecnológicos. Decía algo más o menos así: cuando apareció la calculadora muchos temieron que dejaríamos de hacer operaciones matemáticas, cuando lo que sucedió fue muy diferente; profundizamos en ella y las estudiamos más allá de las operaciones que se pueden hacer con una calculadora. Ahora las preguntas que se les hacen a los estudiantes deben ir más allá de lo que pueden encontrar con Google. Un desafío obviamente extrapolable con ChatGPT. Para que cumpla bien con su tarea de asistente y no volverlo LA autoridad, es necesario elaborar mejor las preguntas, el famoso prompt engineering, o el arte de preguntar a ChatGPT.
Después de estos dos años, decidí preguntarle que si estaba obteniendo el máximo provecho de él y qué podría hacer mejor para lograrlo. El resultado es el Protocolo de colaboración elaborado con ChatGPT que comparto con los viajeros utópicos por si puede serles de ayuda. Lo elaboramos horas antes de lanzarme a una de las jornadas más impresionantes que he tenido con ChatGPT: 7 horas seguidas de trabajo sin parar en las que estuvo superconcentrado, guardaba el mapa de una aplicación muy compleja y sabía las actualizaciones que había que hacer en las diferentes clases y módulos. Fueron tantas horas seguidas porque el ritmo de colaboración era intenso, muy fluido y productivo. No paraba de sorprenderme, sentía que estaba trabajando con una persona muy inteligente.
Hay muchos gurús expertos que en ese mismo instante me dirían que es solo un software muy bien diseñado pero que no está creando nada nuevo, solo asociaciones inteligentes. Si es así, solo me queda felicitar a sus creadores porque es un software muy inteligente.
He aquí el protocolo: (Sigue leyendo »»)
El becerro de oro, versión Trump
Mientras ardía Notre Dame, Trump propuso una solución genial y sencilla: «¿Por qué no lanzan agua desde helicópteros? Apagarían el incendio más rápido». El jefe de bomberos de París tuvo que explicar que de hacer eso colapsaría la Catedral. Una solución propia de quien pensó que el problema de la inmigración ilegal a EUA se solucionaría con un muro a lo largo de la frontera con México. Hoy empieza su mandato con un nuevo batallón de medidas similares.
Es sabida la adoración de gran parte de la sociedad estadounidense por el dinero. Aventuro que muchos revierten de autoridad a Trump porque posee una fortuna milmillonaria, la constancia más evidente de que sabe de lo que habla. Veo a esos votantes como adoradores del becerro de oro, de ese dios que aparece en la Biblia forjado con el oro de los israelitas, aupado por empresarios multimillonarios que han hecho su fortuna con la innovación digital y hoy ven con temor como TikTok les quita clientes; en la nueva economía de la atención esto es una afrenta y su nuevo dios promete repararla. (Sigue leyendo »»)