Kimbisia

Me encontré por casualidad con Corazón mestizo de Pedro Juan Gutiérrez, el escritor cubano que tiene bien ganado su título del Henry Miller caribeño, pues con él sucede lo mismo que con los trópicos de Miller y su carácter cíclico que hace pensar al lector que vive en un permanente deja-vu. La novedad fue la breve descripción de la Regla de Palo, uno de los ritos de la santería derivado (si entendí bien) de la Regla Conga que llegó con los esclavos de África. Lo explica así el pintor Mederos:

Las líneas básicas son el Palo Mayombe , que es el principal, y después el Palo Briymba y el Kimbisia, que fue creado por Andrés Petit, en Guanabacoa, y que murió en 1848. Por ahí tengo una biografía de él.

Gracias pues al señor Petit tuvieron el pianista venezolano Víctor Cegarra y el percusionista nuyoricano Bobby Matos la inspiración para este tremendo tema, Kimbisia. De pie, bailadores:

Y de ñapa, otro temazo de inspiración Yoruba:

Los coleccionistas encontrarán en el album Footprints una descripción de la composición de Kimbisia.

Si te contara… ¿contra el psicoanálisis?

Ayer mientras caminaba por el parque escuchaba en mi cabeza las diferentes versiones de Si te contara. Aparte de mis limitaciones artísticas, me pregunté por qué no podría componer la letra de este bolero. Recordémosla:

Si tu supieras
mi sufrimiento
si te contara
la inmensa amargura
que llevo tan dentro
la triste historia
que noche tras noche
de dolor y pena
llena mi alma, surge en mi memoria
como una condena.

Si lo supieras, ¿te importaría?
si te dijera que en mí ya no queda
ni luz ni alegría
que tu recuerdo es el daño más fuerte
que me hago yo mismo por vivir soñando con
que tu regreses…
arrepentida.

Reconocí que desde que me acepté como monógamo serial he ido aprendiendo a cerrar ciclos, relaciones, y no anhelo que regresen, arrepentidas o no. Diría que me he vuelto más de la línea de Oscar D’León, de las dos primeras canciones de su álbum Comuniquémonos: la que le da el título al album (con énfasis en el coro: vamos a comunicarnos y cuerpo a cuerpo vibrar) y el himno oficial de los monógamos seriales: Con un amor se borra otro amor.

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