Esta mañana al salir de la ducha descubrí una gotera debajo del lavamanos. Me recordó dos versos de Borges de su poema All Our Yesterdays:
y la gota del tiempo que vacila
y cae en la clepsidra silenciosa.
Me pareció una buena noticia, en vez de una gotera tenía una clepsidra. Fue ahí cuando me atacó el instante filosófico: cada gota que cae en el piso es un instante perdido, un símbolo persistente de cómo se va el tiempo sin sentido. Si la modernidad hablaba de arquitectos de nuestro tiempo, ¿quiénes son los plomeros de la modernidad líquida?
Comprendí el mensaje de la improvisada clepsidra. Empecé a hacer el inventario de las goteras de tiempo que tengo y llamé al plomero. Me recibe en un par de horas.
y la gota del tiempo que vacila
y cae en la clepsidra silenciosa.
Me pareció una buena noticia, en vez de una gotera tenía una clepsidra. Fue ahí cuando me atacó el instante filosófico: cada gota que cae en el piso es un instante perdido, un símbolo persistente de cómo se va el tiempo sin sentido. Si la modernidad hablaba de arquitectos de nuestro tiempo, ¿quiénes son los plomeros de la modernidad líquida?
Comprendí el mensaje de la improvisada clepsidra. Empecé a hacer el inventario de las goteras de tiempo que tengo y llamé al plomero. Me recibe en un par de horas.