Ayer Holanda necesitaba ganarle a China para eliminar a Brasil y entrar en las semifinales. El partido iba 2-2 con el tercer set 11-14 a favor de Holanda: 4 puntos de partido. La gigante Zhu Ting hizo una exhibición memorable y sentenció el partido 18-16 a favor de China. En ese momento me atacó un instante filosófico: pensé “seguramente alguien creerá que Brasil estaba predestinado a entrar en las semifinales”. ¿Pero cómo es esto posible con 6 puntos de partido para Holanda? ¿Puede alguien creer que hay un dios que organiza estos resultados, que algún poderoso brujo en la selva amazónica brasilera logró que Holanda perdiera?
No es posible.
Solo nos queda hacer nuestro mejor esfuerzo, darlo todo para entrar In Da Zone, abrazar la incertidumbre y rezar por no encontrarse a Egonu en el partido final. Como en la vida misma. En ese momento pasó un mosquito predestinado a morir entre mis manos y con él se desintegró el instante filosófico.