El cuadro La vida del hombre de Jan Steen cuenta a través de sus personajes las diferentes etapas en la vida de un ser humano, empezando con el niño que juega con pompas de jabón hasta el hombre anciano sentado y jugando con otro niño. Acompañé a unos amigos de visita por la Mauritshuis y esta vez tuve una visión diferente de la pareja en el centro del cuadro. El hombre le ofrece una ostra a la mujer –ya desde entonces su poder afrodisiaco era mítico—y ella parece rechazarlo. En general se considera una escena de seducción. Pero esta vez, en lugar de una ostra, me pareció ver monedas, y recordé otro par de cuadros de Steen en los cuales aparecen hombres dándoles dinero a las mujeres, uno de ellos con un título bastante explícito: Escena en un burdel de un anciano dándole dinero a una niña.
El lugar común dice que la prostitución es el oficio más antiguo de la humanidad. Esta visión que tuve me hace pensar que hay un oficio anterior y es el de corruptor, la persona que corrompe para obtener algún beneficio; la prostitución no es más que una de sus áreas de acción. Aunque también podría decirse que fue una mujer la que primero se ofreció por pocas o muchas monedas, en cuyo caso su oficio efectivamente sería anterior al de corruptor. O fue un hombre el que la ofreció primero, haciendo al proxeneta anterior a la prostituta, etc.
Creo que mi visión fue fruto inconsciente del impacto del caso Odebrecht, esa Escena en una cafetería de un empresario dándole dinero a un funcionario que bien pudo retratar Steen también. Y así por mil los ámbitos donde opera este hombrecillo: es una plaga que nos acompaña desde los orígenes de la humanidad.
Después del Brexit y la elección de Trump se han multiplicado las voces que llaman a superar el modelo de los referendos y las elecciones en una sociedad: temas tan delicados no deberían ser sometidos a votación de sí o no con ciudadanos que no tienen conocimiento de lo que se decide. El historiador belga David van Reybrouck aboga por multiplicar la experiencia de Irlanda y su modelo para tratar y decidir sobre temas como el aborto: reunir un grupo aleatorio de cien ciudadanos para que al cabo de 8 meses presenten un informe con guías de acción definidas.
Sin embargo, creo que es en la película The Jury donde se da un caso similar; 12 ciudadanos que deben llegar a un veredicto sobre un crimen, uno de ellos logra ser comprado por nuestro personaje corruptor y la película muestra el proceso en que manipula al resto del jurado para lograr la absolución del malo de la película.
Quizás Van Reybrouck también vio esta película y propone 100 personas en 8 meses para minimizar el rango de acción del corruptor si logra infiltrar a algún miembro del grupo. Quizás sea también una puerta para recuperar la esencia de la democracia (la igualdad de oportunidades para todos), perdida por la corrupción desbordada a nivel mundial en mayor o menor grado. Tema largo, pero ese personaje merece un lugar central, como en los cuadros de Steen: ese corruptor hoy es un metrosexual perfumado que viaja en avión propio con un maletín con un millón de dólares en efectivo para lo que se presente.