Como desde hace ya varios años se celebra en Holanda en abril el mes de la filosofía. La mayoría de las librerías dedican sus mostradores y vitrinas a libros filosóficos. En esta ocasión el tema general es A través de la frontera (Over de grens). El plan era ir con A. al Café Filosófico de Haarlem (Filosofisch Café Haarlem) a escuchar la charla de la filósofa Carolien van Bergen, A través de la frontera: la filosofía de viaje, que también es el título del libro que publicó en 2005. A. quería aprovechar la oportunidad para que Van Bergen se lo firmara, pues la influyó (quizás demasiado) en los viajes que ha hecho después de leerlo. Un fragmento de la contraportada:
Al viajar se cruzan todas las fronteras. Eres otra persona, comes diferente, los demás te miran de otro modo. Experimentas cosas que no son normales para ti. Tomas conciencia de quién eres y de cómo estás en la vida. Descubres que puedes cambiar, que puedes desplazar tus fronteras.
Rara vez viajamos del todo sin prejuicios. Seguimos las huellas de peregrinos, aventureros o científicos. Es una tendencia que vuelve en el turista moderno: es el peregrino que se busca a sí mismo o el aventurero que quiere explorar el terreno desconocido.
Este fragmento me hizo pensar en Las voces de Marrakesh, de Canetti, uno de los libros fetiche con los que siempre viajo; logra de cierta manera abstraer la experiencia de Canetti en ese viaje por la ciudad marroquí. Creo que es a este libro que le debo mi sueño frecuente de levantarme en un hotel que no sé en dónde está pero que creo que es Marrakesh.
Le digo a A. que por eso prefiero la literatura a la filosofía: me gusta saborear la experiencia vivida; las malas novelas, las de laboratorio, son las que nacen de abstracciones sin mayor conexión con la experiencia del autor o autora. Pero me gustan las preguntas de Van Bergen, es innegable que cada viaje puede tener esa dimensión filosófica que menciona, ese viaje por la vida que no durará para la mayoría más de cien años.
Es fácil para Holanda cultivar viajeros: el país tan pequeño y plano invita a atravesar las fronteras. Son también viajeros muy bien preparados, saben observar y adaptarse a las nuevas circunstancias que encuentran. Estaban todos los ingredientes dados para una buena noche, salvo por Bruno… (Sigue leyendo »»)
