Ritos privados

Antonia, nos conocemos hace algunos meses y creo que tengo ya la confianza suficiente para hablarte de una de las costumbres más especiales de mi cultura. En mi país hay un rito que está reservado solo para las mujeres, sin importar si están casadas, como tú y yo, o solteras. Los hombres lo desconocen por completo. Es un rito muy íntimo y me gustaría hacerlo contigo. ¿Te parece bien? Bien, acompáñame entonces al cuarto de invitados, tengo todo preparado allá. El rito es muy sencillo, no tienes nada que temer. Se trata sencillamente de bañar todo tu cuerpo con aceite de oliva extravirgen cultivado en un pueblito de mi país. Es una tradición que se pasa de generación en generación y se celebra solamente entre las mejores amigas. Con este rito quiero decirte que ocupas ahora un lugar muy importante en mi vida. Puedes dejar tu ropa en esa silla. Acuéstate boca abajo, cierra los ojos y trata de relajarte mientras enciendo las velas. No tienes que decir nada, solo sentir el calor del aceite y el afecto de mis manos mientras lo esparzo por todo tu cuerpo. Será como un masaje de relajación. Puedes voltearte. Ahora que ya estás toda cubierta, debes bañarme a mí pero con todo tu cuerpo. Al final descansas sobre mí y nos entrecruzamos. Debemos tratar de repetir el rito al menos una vez cada mes, sin importar donde nos encontremos. Recuerda, nuestros esposos ni nadie más tiene que saberlo. Eres ahora mi mejor amiga.