En la búsqueda de la belleza los algoritmos ocupan un lugar especial. Cuando escuché de la existencia de un revolucionario algoritmo para discernir el conflicto colombiano me lancé a buscarlo. Apenas encontré el informe preliminar del trabajo de Natalia Springer. Luego escuché su defensa del trabajo en una entrevista de radio. Uno de los argumentos para mantener el algoritmo secreto es que utiliza información clasificada como secreto de Estado. Este argumento es sorprendente porque como cualquier programador o desarrollador sabe, el algoritmo se puede revelar independientemente de los datos que utilice. De hecho los algoritmos se prueban con lo que se conoce como dummy data o datos ficticios, los datos reales solo se utilizan (idealmente) cuando el algoritmo entra en producción. Es decir, no se pondría en peligro la vida de nadie al revelar el ya famoso (o infame que diría Borges) algoritmo.
Me sumo a la opinión de quienes concluyen que el informe no aporta nada novedoso. Otro de los argumentos de Springer es que hay que demostrar científicamente el comportamiento criminal de las Farc, si cumple con un patrón que permita afirmar que se cometió un crimen de lesa humanidad continuado. (Sigue leyendo »»)