No entendí el revuelo que causó la visita del youtuber Germán Garmendia en la Filbo 2016. No me refiero a la masa de fans que acudió a comprar su libro o simplemente a verlo, sino a la gente crítica que llegó incluso a pedir que no se volvieran a invitar youtubers porque la Filbo no era su espacio.
Me parece una veneración del libro como objeto físico y no como esa extensión de la imaginación que lo llamaba Borges. Como también lo son las videocreaciones de los youtubers. No pude ver más de un par de minutos de los videos de Garmendia, pues están hechos con esa técnica de los planos rápidos para no perder la atención del público que tanto me desespera. Pero es sin duda un lenguaje creativo en plena formación, más si se tiene en cuenta que Youtube apenas tiene diez años de creado.
De hecho creo que esta entrada también podría hacerla como videoblog. Alcanzo a imaginar la secuencia de recuerdos con imágenes vintage saltando una detrás de otra. La serie empieza con una fotografía del primer tocadiscos que tuve, un aparatico portátil de Fisher Price que me regaló mi mamá cuando apenas tenía cinco años. Venía acompañado de discos de 45rpm con los éxitos del verano de ese año. Para mí era una gran felicidad pasear con el tocadiscos y ponerle música a quien me encontraba. Aquí podría incluir una imagen mía sentado al lado del aparato y escuchándolo con extrema atención. (Sigue leyendo »»)