Para decirlo en la clave del Joe, poco sabían esos negreros españoles, belgas, ingleses, holandeses, alemanes y franceses lo que traían sus esclavos africanos al nuevo continente. Mientras dilataban lo más que podían el debate sobre si tenían alma o no para tratarlos como cristianos o animales, la cultura africana se iba diseminando por toda América. En las discusiones racistas extemporáneas mucho se escucha decir que los españoles nos legaron la lengua, a lo que Carlos Fuentes respondía que la hemos devuelto enriquecida, con tantos o más premios Nobel de literatura. Pero a la par hay que situar las raíces africanas que fueron parte del gran mestizaje y son un componente esencial de la identidad latinoamericana. Sin los inmigrantes africanos no tendríamos, por ejemplo, la riqueza musical que distingue a América (Jazz, tango, cumbia, son, danzón y mil ritmos más) ni esa sal particular que le da el guaguancó a las culturas donde es más fuerte la presencia afro.
En Colombia, por ejemplo, la mayor o menor presencia de afrocolombianos determina la identidad de cada región. De ahí las diferencias entre los habitantes de las costas Atlántica y Pacífica con los del interior, de los Llanos Orientales y la Amazonía. O el frío que impregna la identidad de los rolos y que se ha ido calentando con la llegada de personas de todas las regiones del país. La diferencia entre la cumbia y el mapalé con el bambuco y el pasillo, para ponerlo en términos musicales. O sociológicos: si una compositora como Mercedes Pedroso (cubana) canta en la voz de Celia Cruz tus labios son ricos / melao de caña / rica es su dulzura, en Bogotá dicen que hay que cuidarse de la melosería, esa tendencia a vencer las fronteras del espacio personal. Difícil entonces que salgan esos versos apasionados de la región andina.
Todo este preámbulo para decir que el Barcelona cree que contrató a Yerry Mina como excelente defensa central (que lo es) pero no tiene ni idea de lo que le espera cuando toda la energía de su pueblo empiece a enraizarse en el vestuario del equipo azulgrana. Dentro de sus habilidades destacan la agilidad de sus movimientos, fruto evidente de los bailes que aprendió desde su infancia. Me encontré este video titulado Los hermanos de Yerry Mina bailando salsa choke:
Si los responsables de la Masía del Barça son agudos, deberán incluir al menos una hora de baile semanal con Yerry Mina en su escuela. Y a través de la música y el espíritu de Yerri irán aprendiendo otra forma de sentir. Porque ya lo dijo él: «En el campo siempre trato de expresar mi sentir». O ese encuentro de domingo entre Yerri y Shakira, que hará Barcelona temblar, o cuando baile una cumbia con la bellísima Antonella, la esposa de D10S.
Llamé ayer en la mañana a Joselina, la santera de Utópica, a que leyera el tabaco para preguntarle sobre el futuro de Yerry en el Barça. Me dijo que veía el horizonte despejado pues creía que pronto se iba a lesionar un jugador que aceleraría su entrada (justo anoche se volvió a lesionar Vermaelen) y que todo dependería de cuán concentrado pudiera mantenerse durante el juego: «el nivel es altísimo, pero Yerry puede lograrlo. Con paciencia y humildad le esperan muchos años de éxitos. Babalú lo protege». Eso sí, no me supo precisar si cuando decía que el Barça iba a arrasar este año significaba que repetiría sextete.
El Barça ha tenido dificultades históricas para lidiar con el espíritu festivo y alegre de los brasileros, confiemos en que será más abierto con Yerry. Pero ya a Barcelona llegó un barco cargado de Mina.