Utopian Sniper (6). Después de ser humillado, el héroe griego hace la revolución

En mi corta vida democrática neerlandesa he votado por el Partido Laboral (PvdA), el Verde (Groenlinks) y el Socialista (SP). Después del comunicado de Jeroen Dijsselbloem condenando la victoria del Oxi en Grecia y que aún siga en el cargo ha puesto en el congelador mi voto por el PvdA durante los próximos 5 años al menos. Empiezan a tener razón las voces críticas que hablan de la Unión Europea como la dictadura neoliberal en manos de la banca, con pseudo socialdemócratas como Dijsselbloem totalmente entregados a ella.

Le comenté a un amigo griego que estaba sorprendido por el increíble número de periódicos en los kioskos en Grecia. Él me dijo que en su mayoría eran regulares tendiendo a malos, pues les pertenecen a los mismos oligarcas dueños de los demás grandes medios de comunicación. Fue tan sorprendente la presión que ejercieron por el Sí que se temía un empate. La victoria del No fue categórica. Solo algunos periodistas independientes que hicieron sus propios sondeos en la calle dijeron que el pulso en la calle le daba la victoria al No.

Ayer escuché a Tsipras en Bruselas. Me encantó cuando dijo que no se podía desconocer la responsabilidad de Grecia en su crisis, pues era la consecuencia de años de gobiernos oligárquicos y clientelistas. Y de resaltar de nuevo lo que todo el mundo sabe: el rescate de Grecia se fue en un 90% a salvar a los bancos franceses, griegos y sobre todo alemanes. Tuvo además el acierto de convocar a la unidad nacional y lograr el apoyo de las fuerzas opositoras al acuerdo que probablemente se logrará el domingo (o antes). Aún así se ha ganado el gran interrogante sobre su capacidad para liderar a Grecia durante este período crítico.

Cuando escuché las primeras propuestas del nuevo ministro de finanzas griego, Euclides Tsakalotos, saqué de inmediato el bloc de notas de cronista utópico: la Unión Europea está exigiendo reformas profundas, que lleven a Grecia por la senda de la prosperidad y el crecimiento; ¿es este el momento para realizar la revolución en Grecia? Tsipras también dijo que el 54% de la riqueza del país está concentrada en el 10% de la población, «y esta parte de la población no ha contribuido mucho a salir de la crisis»: ¿las reformas de Tsakalotos modificarán esta distribución inequitativa de la riqueza? (Aquí hay que recordar de nuevo la diferencia entre distribución y expropiación, que la élite colombiana confunde tan fácilmente). ¿Serán gravados los poderosos navieros griegos? Son muchos los economistas (a la cabeza Varoufakis) que concuerdan con la visión de Tsipras sobre el papel de la élite griega en el atraso del país. La crónica utópica sería perfecta si no les tiembla la mano a Tsipras y Tsakalotos para desmontar el Estado clientelista.

Pero antes de lanzarse a escribirla, el héroe griego deberá pasar por la alfombra roja en Bruselas y recibir todas las críticas de sus pares, para el final, ya de rodillas y con la cabeza gacha, besar la mano de Ángela Merkel y agradecerle su magnanimidad por la nueva oportunidad que le da al pueblo griego. Ese paseo de la vergüenza es necesario para que ningún otro (futuro) líder de algún país de la Unión quiera volver a caminar por él. Ya las bolsas empiezan a reflejar el alivio de llegar a un acuerdo con Grecia, el indicador para la Troika de que es lo mejor para todos. ¿Serán las mejores para Grecia? Si Tsakalotos juega bien las cartas sería la revolución más inesperada de los últimos tiempos.