Cuenta su hermano menor que lo escuchó hablando por teléfono diciendo que él no quería arreglar problemas a golpes. Cuenta su madre que él no quería ir a la fiesta de disfraces, cuenta también que lo terminó de convencer una serie de mensajes que le envió Laura Moreno. Y cuenta Laura que fue ella la última persona en verlo con vida después de que saltara al caño del parque del Virrey.
Cuenta el abogado de la defensa Lombana que él no cree que Laura Moreno o Carlos Cárdenas se hayan levantado con la idea de matar a Luis Andrés Colmenares. No hay espacio para hablar de una muerte anunciada propiamente –y de momento–, sino quizás de una paliza anunciada que terminó de manera fatal y que nos está mostrando muchos rasgos de la bogotaneidad y el funcionamiento del poder en Colombia.
1. ¿Suicidio o asesinato?
Difícil para la madre de Luis Andrés, Oneida Escobar, conciliar el sueño. Todo suicidio tiene una historia, pero ¿cuál era la de Luis Andrés, la de su hijo? No encajaba su historia vital con el suicidio sorprendente. En un sueño Luis Andrés le dice: "Gorda, no busques más, las respuestas las tengo en mi cuerpo, búscalas”. La segunda necropsia revela que la causa de la muerte dista de ser un suicidio. O un accidente. Basta además visitar el Parque del Virrey para darse cuenta de que una caída en el caño, aún sin el apoyo de las manos o los brazos, difícilmente podría causar todas las heridas, golpes y traumatismos que sufrió Luis Andrés y que quedaron detalladas en la segunda necropsia. Descartados entonces el suicidio o accidente.
2. El pacto
¿Qué sucedió en verdad esa noche? Durante diez meses el homicidio de Luis Andrés fue el crimen perfecto: se aceptó la versión del suicidio, se le dio sepultura y todas las partes involucradas trataron de seguir adelante con su vida… hasta el sueño inquietante de doña Oneida Escobar. La explicación de Laura no terminaba de ser convincente y la segunda necropsia la desvirtuó.
¿Qué vieron los amigos o cuál fue su papel en todo lo sucedido esa noche? La dificultad en saberlo está en el pacto que sellaron las personas involucradas en ceñirse a la versión del suicidio. Esto queda claro en las múltiples conversaciones interceptadas. Que Laura sabe qué sucedió lo revela en la conversación en la que dice: "Yo vi las cosas pero no tengo nada qué ver" y le dice a Juan Pablo Valderrama que él sí que menos tiene que ver en lo sucedido (al tratar de establecer la responsabilidad de Valderrama se le traba la lengua). En las conversaciones interceptadas a los demás compañeros de Luis Andrés la preocupación principal es que la verdad no se sepa y que la versión acogida por todos del suicidio sea consistente ante la Fiscalía: de hecho, se madrea varias veces a la Fiscalía, como si fuera el enemigo. Laura menciona también el almuerzo que tuvieron después entre todos, probablemente ahí se selló el pacto entre ellos. Debe ser difícil caminar por la Universidad de los Andes sabiendo de lo que son capaces algunos amigos o compañeros de clase.
3. La Operación Limpieza
Pero ¿son capaces jóvenes universitarios de encubrir un crimen como se ha hecho hasta ahora? Lo que hace increíblemente complejo el Caso Colmenares es el cerebro que se encuentra detrás de la operación de encubrimiento: se borró el contenido de 12 cámaras de vigilancia en el Parque y en la ruta hacia este, la primera necropsia de Medicina Legal ocultó información determinante para saber si era un suicidio o un homicidio, desapareció la ropa de Luis Andrés de Medicina Legal, se compraron los testigos Tizón y Ayola con un millón de pesos, un comerciante afirma que vendió las fotos que tomó con su cámara por 50 millones de pesos… Hasta aquí esto revela una mente experta en realizar operaciones de limpieza de la escena del crimen, alguien que sabe cómo funcionan los métodos de investigación forenses y criminalísticos y se adelanta a borrar las huellas necesarias para aclarar el asesinato. Pero esto no evita que surjan preguntas obvias: si la muerte de Luis Andrés fue un accidente, ¿por qué o para qué borrar las cámaras que precisamente podrían demostrarlo?
4. Los hilos del poder
Ese cerebro no solamente sabe de operaciones de limpieza. También sabe manejar los hilos del poder en la rama judicial. La magnitud de su poder se pudo palpar en la audiencia en que fue liberado Carlos Cárdenas: el caso le es asignado a la juez tercera de garantías después de dos sorteos. Como lo explica el abogado Lombana, de 44 jueces de garantías en el día del sorteo había 25 disponibles para recibir el caso. En este momento, la probabilidad de que le correspondiera a la juez tercera era 1 en 25. Se pide un nuevo sorteo y vuelve a ganarlo la juez tercera. La probabilidad de que esto volviera a suceder ese mismo día era de 1 en 625, es decir, 0,16%: ¿le apostaría usted mil pesos a ese resultado? En otras palabras, el caso tenía que caerle a la juez tercera… El cerebro sabe manipular los sorteos y escoger a la juez que hará el encarguito. Sin una interceptación telefónica previa, hasta hubiera sido capaz de sacar del caso al Fiscal de Vida González (como finalmente lo logró en el proceso contra Laura y Jessy).
¿Por qué la familia de Cárdenas escoge como abogado defensor al exfiscal general Iguarán cuando este no tiene experiencia como penalista? Lo que vale en Colombia es la red: pesan más las conexiones de Iguarán (especialmente en la Fiscalía) que su inexperiencia en derecho penal. La audiencia de la juez tercera rayó en lo cómico: a pesar de que se explicó en detalle cómo fue que Wilmer Ayola se evadió esa noche de su trabajo, de cómo sus colegas de trabajo trataron de cuidarle la espalda para decir que si las planillas afirman que estuvo "debe ser porque estuvo aunque yo no lo vi más esa noche", la juez concluyó que probablemente sí había estado trabajando a kilómetros del lugar de los hechos; a la juez también le dijeron que las pruebas de la defensa de Cárdenas fueron adquiridas de manera fraudulenta y ella olímpicamente dijo que probablemente el gerente de la empresa en la que trabajaba Ayola entendió mal cuando se identificaron los investigadores del abogado Granados. Es decir, a uno se le presentan unos investigadores pidiendo información confidencial, uno se niega a entregarla y súbitamente asume que son "de la Sijín". Un malentendido, según la juez. Y al segundo testigo que cita la Fiscalía, la juez lo descarta olímpicamente también porque "afirma lo mismo que Ayola". Además, según Lombana y el padre de Luis Andrés, la juez se reunió con Iguarán antes de la audiencia, algo estrictamente prohibido por el código de procedimiento penal.
El Consejo Superior de la Judicatura aprobó la investigación solicitada por la Fiscalía sobre la supuesta reunión entre Iguarán y la juez tercera. La investigación le correspondió por reparto al despacho del magistrado Jorge Armando Otalora y, como señala Semana:
Esta asignación podría traer inconvenientes por dos razones: el magistrado Otalora está de salida, hace pocos días presentó su renuncia y ocupará el cargo hasta el primero de octubre. Pero además Otalora podría estar impedido pues antes de ser magistrado fue vicefiscal general de Mario Iguarán.
¿Mala elección Iguarán como abogado penalista? Y ¿cómo termina Luis Andrés Colmenares aceitando toda esta maquinaria? ¿Celos, racismo, clasismo, regionalismo o todas las anteriores? La operación de limpieza tan sofisticada da para pensar en una muerte anunciada: ¿a sus victimarios se les fue la mano en la paliza y tienen la enorme fortuna de tener el contacto que puede ayudarles a ocultar el crimen o ya se sabía de antemano que esta mano iba a encubrir el crimen? ¿Qué vio Luis Andrés que lo motivó a correr hacia el Parque, a pesar de tener grado 3 de alcohol en la sangre? ¿Corrió realmente o fue llevado hasta allá?
5. Los testigos
En la noche en el Parque del Virrey como en toda la Zona Rosa pululan los vendedores de drogas y alcohol. Christian, alias Tizón, es uno de esos vendedores ambulantes. Por amistad o por seguridad le pide a Wilmer Ayola que lo acompañe esa noche a vender alcohol en el barrio. Al fin y al cabo, Ayola fue militar y trabajaba como guardia de seguridad: si lo quisieran robar, Ayola lo podría defender. Para Ayola obviamente es una forma de hacerse unos pesos extra. A los dos les tocó ser testigos del caso Colmenares esa noche. Su testimonio explica los vacíos en la versión de Laura: el origen de las heridas, el botellazo que fracturó el craneo de Luis Andrés, el ruido de ese golpe seco, brutal, que llevó a uno de los verdugos a exclamar: "¡Carlitos!", como le dicen a Carlos Cárdenas (en casa le dicen el nene), las heridas con arma blanca y que Laura terminara con el teléfono de Luis Andrés en sus manos.
El testimonio de Tizón aún no lo conocemos y sin duda será una de las cartas principales de la Fiscalía en el caso. ¿Por qué aparece Ayola luego de dos años? Primero, porque ¿cómo iba a explicar en su trabajo que era testigo de la Fiscalía en un crimen cometido en la Zona Rosa cuando según las planillas estuvo en su trabajo? Esto da para despido fulminante; y, segundo, por las amenazas de dos hombres enviados por el cerebro para que guardara silencio. La tercera explicación la da el exfiscal Iguarán: "El desempleo en Colombia es muy alto y a Ayola le cae como anillo al dedo el programa de protección de testigos de la Fiscalía".
Lo que Iguarán, Granados y la misma jueza omiten es que el testimonio de Ayola es perfectamente creíble. No solamente puede explicar cómo se evadió esa noche de su trabajo sino que además su propia experiencia laboral avala que estuviera acompañando a Tizón esa noche. Como lo resaltó Lombana, "Ayola es un hombre de la noche": un hombre con otro trabajo no tendría cómo explicar que estuvo en el Parque esa noche y dar el relato que coincide con los análisis de la segunda necropsia: ¿complicarse de esta manera la vida solamente para pensionarse en el programa de protección de testigos al decir de Iguarán?
El comerciante que vendió las fotos de todo lo sucedido por 50 millones de pesos es un testigo casi que antológico: ¿para qué denunciarlo todo a la Policía cuando uno se puede enriquecer vendiendo el silencio? El código del comercio en las calles de Bogotá… Dice este testigo que fue el asesinato de tres conocidos suyos que sabían de la venta de las imágenes lo que lo llevó a vincularse a la investigación. Probablemente es el testigo que le dio a la Fiscalía el número de placa de la camioneta en que se llevaron a Luis Andrés después de la golpiza. Como ya lo dijo el genetista Yunis, esta camioneta es clave para demostrar que el cadáver fue trasladado de lugar y luego arrojado al caño.
6. La batalla final
El pulso de fuerzas en este caso es titánico: por un lado, todo un aparato oscuro muy eficiente para limpiar escenas de crimen, manipular las evidencias en los organismos del Estado, seleccionar y remover funcionarios a discreción, abogados que no tienen problema en suplantar a las autoridades públicas (p.e. diciendo que son de la Sijín) y presentar las evidencias así obtenidas en una audiencia y un grupo de jóvenes indolentes con la familia Colmenares, temerosos por su futuro (con razón) y amangualados para dificultar el trabajo de la Fiscalía. Por el otro, un Fiscal determinado a descubrir la verdad, un abogado con más de 30 años de experiencia en criminalística y litigando, el dolor de una familia que clama justicia para despedirse en paz de su hijo asesinado y una sociedad civil indignada monitoreando todo el proceso.
Si los testigos de la Fiscalía son sólidos en su relato, a los jóvenes involucrados les esperan décadas de cárcel. Pero pase lo que pase, la mano oscura que está haciendo todo lo posible por ocultar la verdad, por dificultar al máximo que se llegue a ella, no se hará visible. Esa mano que sabe cuál médico debe hacer la necropsia, cuál alcaldía debe pronunciarse negando el asesinato, cuál fiscal debe seguir el proceso, quién debe otorgarles casa por cárcel a las imputadas, quién debe hacer el sorteo, cuál juez debe encargarse de la audiencia, quién debe borrar las cámaras y pagarles a los testigos (o amenazarlos)… ¿Qué otras gracias estará haciendo? ¿qué otras sorpresas está preparando? ¿para quiénes más está trabajando? Esto es lo más grave del Caso Colmenares: a medida que trascurre, se va descubriendo el tamaño de ese Estado paralelo que la corrupción ha ido creando en el país al servicio exclusivo de quienes pueden pagarlo y en detrimento de las partes afectadas: hoy, la familia Colmenares, mañana, cualquier colombiano.
Pues algo raro sí está pasando en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes, o será que Carlos Cárdenas estuvo invitado a la fiesta de Neftalí? Si es así, pobre mamá, ya sabe lo que le espera.
me parece bastante irresponsable y muy poco profesional el andar haciendo disque articulos completamente sesgados y faltos de fuentes completas y reales que lastima que dejen publicar estupideses al primero q porque tiene buen nombre cree tener la verdad.
@Karina: están como muy alborotados esos ingenieros uniandinos, es cierto.
@Germán: un poco deshilvanado su comentario. Por supuesto, si me señala las incongruencias o me facilita nuevas evidencias que modifiquen lo que he escrito, con gusto corrijo lo que sea necesario.
La verdad no es siempre lo que parece ni hay conspirraciones tampoco en todas partes. La cosa es dar con un término medio.
Todo es absolutamente claro y no se necesitan mas pruebas. Cardenas y Laura son los principales culpables
Luego le siguen los encubridores… Es vergonzoso
La justicia Colombiana es corrupta, qué más pruebas quieren por Dios santo, ya está más que claro para un país que estos malditos fueron culpables. ¿Por qué no acaban ya con este caso? Está más que claro o ¿por qué desaparecieron las cámaras de vigilancia del parque? si se parte nada más de ahí está más claro que eso fue un crimen y que como son niños de papi y mami pues no quieren ver el futuro de sus hijos culpables… ¡pero ya, Colombia despierta! no dejen que los malditos corruptos nos manipulen más.
Y ahora que hasta la misma Fiscal habla de testigos falsos como Azola, a cuál hombre de la noche le va a creer usted??? Sea serio y rectifique.
Me uno a todo el pueblo de Colombia, que esta clamando justicia y que todos esos miserabales, corruptos, escoria de una sociedad corrupta esten tras las rejas…, como criminales de la peor calana. JUSTICIA! pero que clase de justicia es la que tiene este pais???? basta con esta farsa de proceso manipulado por ratas corruptas
Sandra, el exfiscal González tiene el mérito de haberle dado continuidad al caso pero se le fue la mano con los falsos testigos. No hizo más que enredar el caso y restarle credibilidad a la labor de la Fiscalía. La fiscal Zamora parece tener las riendas del asunto, veremos si puede haber algo de justicia sin necesidad de más injusticia.
Ese caso es tan enredado que no se puede favorecer un escenario posible por otro.