La noticia del Nobel para Santos me deja indiferente. Me parece que el premio se lo merecía más Pastrana en su momento, pues fue mucho más osado que Santos, si bien es cierto que no concretó algo con el alcance del Acuerdo de La Habana.
Digo que amanecí radicalizado porque me parece que el trino de Timochenko muestra que las Farc están dispuestas a apostarlo todo por la vía civil. Lo cual pondría al Gobierno y a la sociedad colombiana pos-plebiscito, paradójicamente, en un mejor lugar para negociar para todas las partes. El escenario alternativo se resume en 5 pasos:
- Las Farc reconocen que se agotó la vía armada para llevar a cabo una revolución en Colombia, que la verdadera revolución debe suceder en la vida civil y no armada;
- Las Farc, en un acto de humildad sin precedentes en su historia, le piden perdón a la sociedad por haber continuado con el camino armado por tanto tiempo y causando tanto daño;
- Las Farc le piden a la sociedad que por favor les abra un espacio para seguir luchando por sus ideales (cualesquiera que estos sean) en la arena
movedizademocrática colombiana. - El Estado les ayuda a hacer la transición a la vida civil sin más apoyo que la seguridad, los subsidios necesarios para capacitar a los guerrilleros y consolidarse como fuerza política, y las curules en el Congreso para que entren a participar de manera activa en la vida política nacional. Todos los demás cambios deben ganárselos con votos.
- Las Farc y el Estado reconocen que deben de reparar a las víctimas por los crímenes de lesa humanidad.
Con un acuerdo basado en el reconocimiento de que la vía armada está agotada y que las Farc lo que necesita es ayuda para reintegrarse a la sociedad, los puntos del Acuerdo se reducen bastante, tanto como para disolver en gran parte la polarización nacional. Una solución utópica y posible.