De los regalos que le agradezco a la vida sobresale saber disfrutar la salsa. En El espejo enterrado, el ensayo de Carlos Fuentes sobre qué le ha aportado América Latina a la humanidad, menciona cuánto le debemos a la cultura africana los latinos, en especial por la música. Pero no dedica ningún capítulo al legado de la salsa. Quizás Fuentes pertenecía a los latinos a los que no les gusta. A los que nos apasiona solo nos queda agradecer el gusto por ella.
Esta introducción un poco pomposa se debe a un nuevo ataque de la serie cómo se compone un son. Hoy en la ducha me preguntaba cómo se compuso Amor en serio, una de las canciones más sabrosas y deliciosas para bailar. Entremos en materia:
Esta versión pertenece al álbum de 1978 From the Depth of My Brain, del grandísimo Fernando Luis Rosario Marín, más conocido como Willie Rosario o Mr. Afinque. En el coro se encuentran, nada más ni nada menos que Tony Vega, Bobby Concepción y Gilberto Santa Rosa, y con Junior Toledo como cantante principal acompañado por Guillo Rivera. Willie Rosario, como siempre, en los timbales. Existe una versión de 1977, de Santitos Colon con la orquesta de Tito Puente:
La versión que me fascina es la de Willie Rosario. Empieza con una introducción de 40 segundos por los metales que se repetirá al final para cerrar la canción. Luego entra la voz de Junior Toledo acompasada por el piano de Javier Fernández y la percusión con Rosario y Jimmy Morales en las congas. En 1:26 se funde la intro con la melodía para preparar el plato fuerte del coro de 1:50 a 1:56. Aquí los bailadores ya estamos en la luna, con un empuje sostenido de los metales, destacando el saxofón de Beto Tirado un minuto después. Luego, en 3:35 empieza uno de los solos de alambre dulce más exquisitos de la salsa interpretado por el tresero Justo Rivera, acompañado por el piano, Morales y el bongosero Mitchell Laboy. Entran de nuevo los metales, el coro y una improvisación sabrosa de Junior Toledo para preparar el final.
Si comparamos esta versión con la de Tito Puente y Santitos Colón creo que podríamos descubrir el ingrediente secreto: los arreglos de Bobby Valentín que le dan el ritmo al bajo de Carlos Roldán y es lo que, a mi parecer, marca más la diferencia entre las dos versiones. Lo que hace que uno vuele con Willie Rosario y no despegue con Tito así la canción sea la misma. Ni comparación además entre el solo en el piano eléctrico de Tito Puente con el del tres de Justo Rivera. Son apenas casi seis minutos, pero cuánto se puede gozar en ese tiempo. Lo dicho, una fortuna saber apreciar y disfrutar la salsa.
Bonus track: