App Mortal | ¿Funciona?

De la serie

App Mortal

Presentamos:

¿Funciona?

 

3 am. Llama mi amigo F. al teléfono:

–Daniel, disculpa llamarte a esta hora, pero ¿recuerdas la app que me instalaste sobre la expectativa de vida?

–Sí, claro, ¿pero qué te pasó para llamar a esta hora?

–La app dice que me queda apenas una hora de vida, ¿qué hago?

–F. respondió que llamaría a despedirse de las personas que más quiere. Ahora entiendo el motivo de tu llamada, me conmueves.

–No seas tan huevón, no te llamo a despedirme sino a preguntarte si esta mierda funciona de verdad o no.

En este punto debí de decirle a F. que la App Mortal solo tiene el propósito de lanzarle la pregunta de qué haría el usuario si tan solo le quedara una hora de vida, pero dado que son las 3 am y me llamó huevón, me permito una pequeña diversión.

–Se sabe que funciona en el 85% de los casos.

–¿Y yo en qué porcentaje estoy?

–Pues considerando que no has dejado de fumar y no has cambiado tu dieta, lo más probable es que estés en el 85%.

–¿Y qué hago ahora entonces? Si llamo a mis hijas a esta hora me enviarán al geriátrico.

–Tienes que escoger entre el geriátrico o dejarles una memoria imborrable de tu despedida.

–Además me pelié con Aura Cristina. Si la llamo a esta hora creerá que estoy borracho y me colgará. Quedo también como un pusilánime, pues la de la pelea fue ella.

–Mira, ya solo te quedan 40 minutos de vida. Igual que con tus hijas, tienes que pensar qué pesa más, si quedar como un borracho pusilánime o dejarle un recuerdo amoroso de por vida.

–Espera, está haciendo bip esta vaina. Me ofrece la versión Premium por 2 euros, ¿no que esto era gratis?

–Yo te instalé la versión gratuita, no sabía que había una Premium, ¿qué te ofrece?

–Decirme con un grado de certeza del 85% de qué me voy a morir en media hora.

–La buena noticia es que ya tienes la certeza de que estás en el 85% de los que en efecto se mueren, que en realidad es una mala noticia.

–Me queda media hora, ¿qué hago? Voy a llamar a mis hijas y a Aura Cristina, qué carajo.

–Te puedes tomar después un whiskey de despedida. Ni corriendo a 200 por hora alcanzo a llegar a tu casa, te lo tienes que tomar solo, lo siento.

–Bueno, voy a llamar. Déjame decirte que si me muero, fuiste un gran amigo, y si sigo vivo, me desinstalas esta mierda la próxima vez que nos veamos y me traes una botella de Glenfiddich, porque el oso que voy a hacer difícilmente te lo voy a perdonar.

–Vale. Tú también fuiste un gran amigo, te quiero mucho y te voy a extrañar cuando no estés. Te envío un fuerte abrazo.

Colgamos. F. no es un niño, es un hombre curtido en mil batallas, de lo que me siento culpable es que crea que apenas le quedan 15 minutos de vida y no podrá gastar más de 5 por cada una de sus hijas y su novia. El consuelo es que sé que disfrutará de un buen whiskey hasta el amanecer.

5 am. Es F. al teléfono.

–¡No me he muerto, gran huevón!

–¡Estás vivo! ¡Qué noticia maravillosa! ¡Tenemos que celebrarlo, es como un renacimiento!

–Eres una mierda, ¿cómo te puedes burlar de mí de esta manera? Mi vida se ha recortado al menos 5 años después de estas dos horas angustiosas.

–Traté de explicarte que la función de la App Mortal es motivarte a preguntarte qué harías si solamente te quedara una hora de vida, pero tú te la tomaste literalmente.

–¿Y qué esperabas que hiciera si me hace la pregunta a las 3am? Mis hijas me van a mandar al geriátrico y Aura Cristina dice que soy un viejo borracho que no tiene cura. Estoy bastante borracho en este momento, by the way.

–¿Pero las llamaste?

–¡Pero por supuesto! ¿Qué más podía hacer? ¡¡Ya solo me quedaban 20 minutos de vida!!

–Te entiendo, te entiendo, yo hubiera hecho lo mismo.

–¿Ahora cómo les explico que estoy vivo?

–Primero que todo, llámalas a las 10 am y les dices que hubo un malentendido con la App, pero que hiciste lo que habrías hecho si tan solo te quedara una hora de vida. Seguro se van a emocionar también.

–No las llamé.

–¿Qué? ¿Qué hiciste entonces?

–¿Creías que me iba a gastar los últimos 20 minutos de mi vida llorando y pasando una vergüenza con ellas? Me serví un vaso de whiskey y me puse a recordar mis momentos más felices. Mi intuición me dijo que ninguna app sería capaz de predecir que me queda una hora de vida, pero por si acaso, me sumergí en un río de recuerdos y momentos especiales de mi vida.

–Bueno, esa era la gracia de la App. Creo que te ha servido.

–No me ha hecho ninguna gracia. Me explicas más tarde cómo desinstalarla porque en esta borrachera apenas puedo ver la pantalla. Eso sí, te salvaste de que no las llamé, ese oso no te lo perdonaría.

–Bueno, hubiera sido un ejercicio extremo, lo reconozco, pero igual creo que amanecerás como un hombre renacido. Yo, en parte, también.

Me volví a dormir con ese pequeño desasosiego tan parecido al de los placeres culpables, especialmente cuando me puse a pensar a quién más le podría instalar la App Mortal.