El último truco (a faction story)

Van Gaal: "No estamos como para una final con Alemania".Van Gaal vota por el Partido Liberal. Esto significa que él no está para las contemplaciones y mimos de la socialdemocracia: las cosas se ganan por mérito propio. Minuto 93: Van Gaal recuerda su análisis antes de partir a Brasil. “No somos el mejor equipo ni estamos jugando de manera estupenda. Veremos hasta dónde llegamos”. Hace una rápida evaluación y concluye que ya han llegado bastante lejos. Minuto 94: Van Gaal se pregunta: “¿Y con este juego vamos a enfrentar a Alemania? Si estuviera viendo este partido por televisión en mi casa seguro ya estaría durmiendo”. Sopesa como todo un general las posibilidades de su ejército antes de ir a la guerra contra Alemania: Löw no tendrá contemplación. Recuerda el análisis de un colega en la mañana sobre la hecatombe brasilera: "Lo que vimos fue a un equipo que tenía que haber salido en la fase de grupos". Se deja de paternalismos. Minuto 95: “Muchachos: no vamos a llegar a la final ganándole a Argentina en los penaltis. Si quieren jugar la final, tienen que ganársela haciendo un gol”. Ordena que empiece a calentar Huntelaar. Minuto 96: entra Huntelaar y el mensaje está claro, no estará el experto antipenal Tim Krul sino el consistente Jasper Cillessen: de 16 penalties que le han cobrado en su carrera profesional no ha atajado ninguno (después del partido su estadística seguirá incólume: de 20, 0). Tienen 24 minutos para ser dignos de la final. Robben acepta el desafío de Van Gaal y casi casi anota un gol. Salva milagrosamente Mascherano. Minuto 120: los dados están echados, Cillessen intentará en vano contrariar el destino. “Es claro para todos que no estamos para jugar una final contra esta Alemania”, dice Van Gaal con la mirada y, haciendo gala del pragmatismo neerlandés, los jugadores asienten. Ni una lágrima por no enfrentarse con la Mannschaft (apenas el visible disgusto de Robben por no haber entrado a Krul). Holanda escapa invicta de la final, una salida más que digna, el último truco de Van Gaal.

Cierra su acto afirmando que no es justo jugar contra Brasil el sábado porque ellos tienen un día más para descansar, a sabiendas de que la Canarinha necesitará muchos años y no tres días para recuperarse. La guinda sobre el pastel: "Si hubiera tenido un cuarto cambio, habría cambiado el portero de nuevo". Magistral: se escapó y nadie se dio cuenta por dónde. Nada por aquí, nada por allá.

Los banquetes están servidos. El mundial ha quedado reducido a Alemania, tres entrenadores y tres porteros más –salvo que el único 10 que queda aparezca y cambie el menú.

Microcosmos

Con el equipo de baloncesto de mi colegio nunca clasificamos a semifinales de los torneos de la Uncoli. Nuestro promedio de estatura era muy bajo comparado con el de los cuatro que siempre clasificaban. Viví el bachillerato acostumbrado a que a lo máximo que podíamos aspirar era al quinto lugar, pero igual siempre jugamos contra los grandes con la esperanza y el empeño de ganarles. El San Carlos jugaba con cuatro equipos y cuando el principal ya nos había aplastado, el entrenador empezaba a rotar a los otros tres, todos muy buenos. Jamás olvidaré el intercambio de miradas que sostuve con el entrenador del San Carlos cuando rotó al último equipo ante nosotros, con una diferencia de 50 puntos en el marcador. Quiero pensar que sintió un poco de vergüenza, pero igual nos apalearon sin clemencia.

Un equipo rompió la jerarquía generacional: el Nuevo Reino de Granada, que aceptó que dos jugadores sanandresanos buenísimos y altísimos jugaran con ellos. La combinación de ellos con mi amigo Mauricio Forero, armador, hizo un equipo que llegó a la final del torneo derrotando al hasta entonces todopoderoso San Carlos. Cuando fui a ver la final Nuevo Reino de Granada contra el Helvetia recibí una lección de colombianidad inolvidable. Los jugadores del San Carlos entraron minutos antes de que empezara el partido a la cancha a abrazar a los del Helvetia y a pedirles que ganaran para vengar su derrota. Les parecía sobre todo que fue antideportivo del NRG inscribir a dos sanandresanos solo para ganar en la Uncoli.

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