Del olvido y el fin del juego

Nota para los lectores del rincón del vago: En su libro "Traiciones de la memoria", el escritor Héctor Abad Faciolince narra cómo llegó a descubrir que el poema "Aquí. Hoy", de cuyo primer verso se valió para titular su libro "El olvido que seremos", es de Borges. Su narración concuerda en grandes líneas con la descrita por Jaime Correas en "Los falsificadores de Borges" (resumen aquí). ¿Por qué escribieron dos libros sobre la misma historia? Porque uno está escrito en argentino y el otro en colombiano.

 

1.

Para los borgeanos duros, los que saben cómo es el ajo, que diría Alvarado Tenorio, quizás no haya nada más irritante que les comenten que cómo es de bonito el poema Instantes de Borges, esa traducción del poema en inglés If I Had My Life to Live Over, presuntamente de Nadine Stair. Un demonio juguetón se lo endilgó a Borges y, para malestar de sus seguidores, es uno de los poemas que más se asocian con el escritor argentino. Los 5 sonetos que Alvarado Tenorio le atribuyó primero a Borges para después decir que son de él podrían tener un destino similar. Lo particular en este caso y sin duda de los aspectos más divertidos del libro de Abad Faciolince son los juicios de eruditos declarando rotundamente que los poemas no podían ser de Borges, sencillamente NO eran de Borges, de pronto temiendo pasar a la historia como los que autenticaron a los nuevos Instantes.

Cuando García Márquez publicó en Semana un adelanto de su novela En agosto nos vemos, circuló una parodia mortífera del cuento, en la cual se exageraban o banalizaban fragmentos del capítulo y se presentaba como la versión original. Una experta de la obra de García Márquez creyó que la parodia era verdadera y se lanzó alegre a comentarla. Le costó la amistad de García Márquez: él la regañó diciendo que cómo era posible que ella siquiera hubiera creído que él podía haber escrito lo que decía la parodia. La experta cayó en una profunda depresión que le costó la vida. Estos juegos literarios no son pues cualquier lagaña de mico. Más de un experto se puede chamuscar con ellos.

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La biblioteca de Babel 2.0

Conocí a Jay J. (JJ) en un jamsession en el bar Hoppe, en Amsterdam, un par de años después de la caída de las Torres Gemelas, en plena fiebre antiterrorista estadounidense. Me preguntó que de dónde era yo, «¡Ah, Colombia, la tierra de Borges!». Me hizo sonreír, una asociación mucho más original que la de «Pablo Escobar», «Cali Cartel» o «Cocaine». «Borges es argentino, pero sabía muy bien que ser colombiano es un acto de fe». «Oh, sí, leí eso en un cuento». No esperaba hablar con un gringo de Borges esa noche, pero me contó una versión actualizada de La biblioteca de Babel que hoy ya tiene pleno sentido.

–Imagina una biblioteca donde están archivados todos los e-mails del mundo. Incluyendo los drafts que no se envían o los correos borrados –dijo JJ con gran fascinación.

–Existe, es la biblioteca de Babel. Aunque Borges jamás envió un e-mail, su biblioteca contiene también todos los emilios escritos y por escribir de la humanidad –anoté yo, mientras acompañaba un maní con un poco de ginebra añeja. Su mirada me dio a entender que no estaba dispuesto a ser outsmarted por un colombiano en Amsterdam.

–De acuerdo, lo que quiero decirte es que esa biblioteca existe y la tenemos nosotros –. JJ bebió su copa y la puso con fuerza sobre la mesa, como quien vence en una competencia de fondo blanco con un escorpión sobre la mano.

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¿Inocentada?

Hoy es el día ideal para publicar una entrada que puede parecer una inocentada o dejar la duda de no serlo. Aquí va: Casablanca es considerada un clásico del cine gracias al lobby de las tabacaleras.

La he visto unas cuatro veces. Como tantas buenas películas, me parece que podría ser una excelente obra de teatro. La producción no es ambiciosa, acontece en 4 locaciones principales, la historia de amor es sencilla y su corazón son los one-liners pronunciados en el momento exacto.

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El secreto de los incas

Los cronistas utópicos sabemos que por definición la utopía no significa que sea algo imposible. Muchas veces es la falta de compromiso y perseverancia de quienes quisieran alcanzarla la que la hace ver como tal. Y, en el peor de los casos, está la mala fe de quienes se lanzan a construirla. En efecto, la connotación negativa que tiene la utopía hoy en día se le debe en gran parte a los políticos (y, en menor medida, a los académicos). Con su increíble agudeza, García Márquez desnudó el fenómeno al darle un reality check a un presidente colombiano: "Eso que dijiste fueron promesas de campaña, ahora estás en el poder y tienes que hacer lo que toca hacer, así sea lo contrario de lo que prometiste". Dale al pueblo lo que quiere oír y luego haces lo que te dé la gana.Este video de Mariano Rajoy no tiene pérdida, con todo el dolor y solidaridad con los españoles, las víctimas más recientes de las promesas de campaña. Cabe anotar que su airada protesta se debió al alza del IVA del 16% al 18%. Cómo se justificará a sí mismo el alza al 21% de su gobierno es un enigma: (Sigue leyendo »»)

El nuevo Ecce Homo, una señal de nuestro tiempo

Ha estado muy divertida la historia de la restauración del Ecce Homo pintado en el siglo XIX en un muro de la iglesia de Borja, en Zaragoza, España. El resultado final es ahora mundialmente conocido:

El cura de la Iglesia ya se apresuró a decir que una comisión de restauradores expertos se encargará de tratar de rescatar la obra original. Sin embargo, al ver el estado en que se encontraba en la imagen de la mitad, en la que se ve que la pintura se ha caído porque el muro no estaba preparado para el cuadro, es muy difícil restaurar nada. De hecho, se necesita el trabajo de un artista… o una artista, como doña Cecilia Giménez.  (Sigue leyendo »»)