Me preguntan C., F., A. y J. qué qué hace la canción Big Montuno como tercera entrega de la serie El arte del selfie. Mi respuesta es que es hora de ampliar el concepto de selfie, es decir, que una autofoto no debe estar limitada al rostro de la persona, sino que también puede comprender otras facetas, otros rostros, como un esfuerzo de trascender el culto a la autoimagen. En esta línea también cabe el selfie velado, es decir, aquel que otros toman por uno mismo, como el de Vargas Llosa entronándose como rey de la civilización del espectáculo de manos de la reina Isabel Preysler en Nueva York:
Seguramente Vargas Llosa o Preysler sentirían cierto pudor juvenil por no tomarse una autofoto al salir del auto y verse rodeados por esa masa de groupies, además de que saben que cuentan con los fotógrafos profesionales de Hola que hacen irrelevante cualquier selfie.
En esta ampliación de la definición de selfie cabe la fotografía del atardecer en el Bósforo tomada por F., pues refleja muy bien el color de su alma de verano.