De las ilusiones más emocionantes entre los amantes se encuentra la sensación permanente de estar enamorados, como por primera vez. Suspiré profundo por Lina, la esposa de Juan, y decidí pasar por el parque de las flores a buscar unas rosas de aroma penetrante, tal como lo exigía el encuentro de esa noche. La selección del color me pareció esta vez menos importante: todo valía con Lina, lo importante era la sorpresa, el detalle. La vendedora de rosas me veía con una cara medio romántica, como que intuía la celebración que propiciarían sus flores y que interrumpía a veces para llamar la atención de alguna de sus hijas que jugaba a las escondidas entre los cubos de agua. “Coquito, ¿no me reconoce?”. Sólo una persona en el mundo me llamaba Coquito: (Sigue leyendo »»)
Category / Personaje
Peor, imposible
Gracias a este artículo cómico de Vila-Matas, Escritores malos y memorables, me suscribí a la "Joya del día" de William Topaz McGonagall. El verso que cita Vila-Matas de cuando McGonagall visitó Nueva York es de antología: "En Nueva York comí salchicias de pork" (no he encontrado el poema aún pero sería algo como "In New York I ate sausages of pork", una rima perfecta). En Wikipedia no son más benevolentes con McGonagall:
McGonagall also considered himself an actor, although the theatre where he performed, Mr Giles' Theatre, would only let him perform the title role in Macbeth if he paid for the privilege in advance. Their caution proved ill-founded however, as the theatre was filled with friends and fellow workers, anxious to see what they correctly predicted to be an amusing disaster. Although the play should have ended with Macbeth's death at the hands of Macduff, McGonagall believed that the actor playing Macduff was trying to upstage him, and so refused to die.
Todo un personaje, sin duda. Mi amiga Margarita B. que no es para nada aficionada a Vila-Matas, leyó el artículo por mi insistencia y concluyó que era toda una crueldad burlarse así de una persona que solamente quiso escribir poesía. En principio estoy de acuerdo con ella, pero las historias de McGonagall, y en especial sus versos, me superan. Acabo de descargar su autobiografía, que según la misma página dedicada a él, dice que es extremadamente divertida. Vamos a ver.