Utopian Sniper (6). Después de ser humillado, el héroe griego hace la revolución

En mi corta vida democrática neerlandesa he votado por el Partido Laboral (PvdA), el Verde (Groenlinks) y el Socialista (SP). Después del comunicado de Jeroen Dijsselbloem condenando la victoria del Oxi en Grecia y que aún siga en el cargo ha puesto en el congelador mi voto por el PvdA durante los próximos 5 años al menos. Empiezan a tener razón las voces críticas que hablan de la Unión Europea como la dictadura neoliberal en manos de la banca, con pseudo socialdemócratas como Dijsselbloem totalmente entregados a ella.

Le comenté a un amigo griego que estaba sorprendido por el increíble número de periódicos en los kioskos en Grecia. Él me dijo que en su mayoría eran regulares tendiendo a malos, pues les pertenecen a los mismos oligarcas dueños de los demás grandes medios de comunicación. Fue tan sorprendente la presión que ejercieron por el Sí que se temía un empate. La victoria del No fue categórica. Solo algunos periodistas independientes que hicieron sus propios sondeos en la calle dijeron que el pulso en la calle le daba la victoria al No.

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Florentino enloquece

Ayer de regreso a casa me encontré con A. por el camino. Fue una grata sorpresa porque ella vive al otro lado de la ciudad. Le pregunté que si estaba libre y nos fuimos a terracear a ponernos al día.

Me contó que había sido despedida del trabajo. Una gran sorpresa porque siempre hablaba de lo bien que lo pasaba en su oficina. Un rollo un pelín complicado y ella salió perjudicada. Ahora siente mucha incertidumbre, a veces le entran ataques de ansiedad muy fuertes que la dejan bloqueada, como sin saber qué camino coger. La dificultad para personas como A. es que tienen tantos talentos que no hay un camino establecido claro a seguir. Está destinada a ser pionera, con las dificultades que conlleva.

Me dijo que lo único bueno del reciente despido es que puede seguir la Copa América, cosa que yo por la diferencia horaria no podré hacer. Seguimos hablando de fútbol. Le comenté que por lo menos su salida del trabajo no había sido tan traumática como la de Casillas del Madrid: millones de personas siguiendo su situación en tiempo real, que se queda, que se va, que le paguen todo lo que le deben, que quiere terminar su carrera en el Madrid, incontables encuestas preguntando que si se debe ir o se debe quedar. Obviamente A. mostraba toda su simpatía por Casillas y no ocultaba que Florentino empezaba a caerle gordo: “Con la vara que mides serás medido: en todos sus años como presidente del Madrid apenas lleva 7 grandes títulos de 36 posibles. Según sus propios estándares ya debería de haberse autodespedido hace años”.

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¡D10S!

Hace un mes me lamentaba de que el big data iba a hacer imposible que Leo Messi cobrara un penalty a lo Panenka. La semana pasada Messi demostró, una vez más, que para él no hay imposibles. De todas las ejecuciones que Antonin Panenka ha visto de su cobro original, certificó la de Messi como la mejor que ha visto hasta ahora. Esta entrada debí publicarla la semana pasada pues el tiempo gira más rápido en el universo Messi. Lo que hizo ayer volvió a llevarnos al éxtasis a los aficionados al fútbol.

Rebobinemos: marzo de 2009. Pregunta: Y bueno, ¿qué pasaría si Guardiola se enfrentara a este Barcelona dirigiendo al Bayern Munich, por ejemplo? Un experimento tan improbable para entonces como preguntarse que qué pasaría si Xabi Alonso jugara en el Bayern y Toni Kroos en el Real Madrid. De regreso al presente: anoche se libraba el auténtico combate del siglo. Guardiola se enfrentaba a su propio invento, al equipo que lo ha hecho uno de los mejores entrenadores del mundo, su casa durante más de 30 años. Es muy probable que Guardiola sea el único entrenador que es socio del club al que enfrentaba. Había más duelos: el tridente Messi, Suárez y Neymar contra el mejor portero del mundo; Xabi Alonso de nuevo contra el Barça; los hermanos Alcántara uno frente al otro; Guardiola frente a Messi, o a quién se le deben los triunfos del mejor Barça de toda la historia.

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La luz peligrosa

I.

De visita en el taller de Johan Suttorp, pintor y escultor de Delft, vi uno de sus cuadros y le dije que me recordaba la luz peligrosa en Bogotá.

"¿Cuál es esa luz?", me preguntó. Empecé a contarle: según la leyenda, hubo un tiempo en que en los cerros orientales de Bogotá vivían venados. En ciertos crepúsculos, en los que el sol se veía enorme y producía una luz anaranjada tirando a cobriza, los venados se quedaban hipnotizados mirando el atardecer. Se le llamó desde entonces el sol de los venados. Muchos poetas le han dedicado versos y hasta libros a ese sol. "La luz de este cuadro tuyo me recuerda ese sol de los venados, solo que en Bogotá lo absorbe todo la luz, es imposible ver el cielo azul". "¿Por eso se llama peligrosa, porque lo absorbe todo?". "Jaja, no, yo la llamo peligrosa porque si le das la espalda al sol verás que todo lo que ilumina se ve increíblemente hermoso. Serías capaz de enamorarte de la primera mujer que pasara a tu lado iluminada por esa luz, creerías que nunca en tu vida volverás a ver a una mujer tan hermosa; por eso la llamo peligrosa". Johan se rio, tomó una postal con el cuadro y me la regaló: "Toma, por la historia de esa luz peligrosa". Es uno de mis regalos de viaje preferidos.

II.

Como los venados, es casi imposible escapar de ese sol. Cuando se logra darle la espalda, la luz peligrosa espera. Me he enamorado muchas veces con esa luz; me ha hecho sentir que he encontrado el lugar para vivir de por vida. He hecho planes para quedarme en Lisboa, Tarifa, Pietra Santa, el Bósforo y Koufonissi. De seguro sentiría lo mismo en Okinawa; la bandera de Japón es la del sol naciente. He llegado hasta a pensar que son sabios los venados por no girarse y evitar estos pensamientos. Mejor contemplarla y seguir el camino en la noche. Quizás por eso hay tantas canciones dedicadas al amanecer, para conjurar sus efectos.

Disfrutemos de una inspirada en ese sol naciente japonés:

Tarde Donde Fidel

Decía García Márquez que los verdaderos amantes del cine son los que van solos a la función matutina, como parte de su vida y no en plan social acompañados como sucede con las funciones nocturnas. Algo similar podría decirse de Dónde Fidel: los verdaderos amantes de la salsa son los que lo visitan en la tarde, no en plan social como en la noche. Obviamente es una declaración provocadora y pronunciada antes de la era digital.

Ir a Donde Fidel en el mediodía cartagenero es una experiencia similar a ir a escuchar música en la sala Aurelio Arturo de la Biblioteca Nacional en Bogotá. Esta hora me la sugirió el DJ de Quiebra Canto en Cartagena. Como no había mucha gente, me animé a pedirle una canción para bailar con mi pareja: La Quinta Guajira, de la Orquesta Broadway:

“Ajá, te gusta la salsa sinfónica —me dijo—, tienes que ir a Donde Fidel al mediodía, estarás literalmente en tu salsa”. No conocía el lugar y me gustó esa sensación de que me abrían la puerta a un paraíso escondido en la ciudad. Como esos huecos underground de Bogotá donde se entra tocando una clave en la puerta sellada.

Llegué a Donde Fidel al mediodía. Sonaba Rompiendo el violín, de los Jóvenes del Hierro:

Tal como lo predijo el DJ me sentí en mi salsa de inmediato. Me sorprendió además ver que salvo el hombre detrás del bar todo el mundo estaba concentrado en la música. Como en la Aurelio Arturo. Pedí una Póker y me senté en la barra. Fue entonces cuando entró una mujer joven con un vestido de flores semitransparente que dejaba ver que no llevaba sostén. Se sentó muy seria, pidió una Corona y mientras se acomodaba escribía en su celular.

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