—Psicólogo: Hábleme un poco más sobre su aversión a analizar su propia obra, ¿desde cuándo siente usted esta angustia?
—Halleux: Hmm…
—Desde la infancia entonces. ¿Qué oficio ejercían sus padres?
—Hmm… Mis padres eran maestros. Mi padre enseñaba francés. Ahora que lo pienso, ellos corregían sistemáticamente cualquier error gramatical que yo cometía… De solo recordarlo me siento asfixiado, como si una enorme tentáculo me agarrara por el cuello…
—UN enorme tentáculo, se dice UN enorme tentáculo…