Es una funcionaria del Hogar de Paso del Departamento Administrativo de Bienestar Social (Dabs), encargada de darles una nueva oportunidad a los ciudadanos de calle de Bogotá. El Tiempo cuenta la historia de John Jairo Vélez, una de las personas que ha recibido su ayuda:
Estaba desgonzado en la acera, en la troncal Caracas con calle novena, con los ojos cerrados, muy débil y esperando morir de verdad, cuando una muchacha con chaleco amarillo le dijo que se subiera a una camioneta blanca. “Pensé que venían a matarme, pero ella me tranquilizó. Me pasó una bolsa con un perro caliente, un yogur, un paquete de maní y una mandarina. Todo un manjar”».
Según la estadística de la Veeduría Distrital y Planeación Nacional, el 75 por ciento de quienes reciben atención especializada y la siguen, logran recuperarse: la muchacha del chaleco amarillo y el equipo de trabajo al que pertenece hacen parte de esos héroes utópicos de nuestro tiempo, de personas que aún en las circunstancias más difíciles creen que es posible el cambio. Y lo logran.