Desde hace ya varios años, la fundación ArchipelpoëZie (Poesía del Archipiélago) ha ido publicando poemas en diferentes muros del barrio (uno de los más bellos de Neerlandia). El quinceavo muro le correspondió el pasado mes de junio al poema Nachtbraak (Entrada la noche) de mi amiga Pem Sluijter (qepd). Un regalo para su viudo, Bram, que puede contemplarlo desde su cama. Nachtbraak es un poema de juventud que muchos enamorados podremos reconocer y sentir como propio. Así lo describió durante la presentación Anastasia Hacopian, amiga de Pem, que narró pasajes de la vida trasnochadora que llevaban Bram y Pem de jóvenes por los canales de Amsterdam. El tipo de letra escogido para el poema es la Flex, del tipógrafo Paul van der Laan. Me emociono tanto cada vez que voy a visitar a Bram y veo el poema en el muro, aquí aventuro mi traducción al español:
Entrada la noche
Cuando al paso de los años
bailábamos y charlábamos sin freno
llegaba, ineludible, la titubeante luz del día
bien entrada la noche.
No queríamos regresar a casa y veíamos
como se evaporaba la noche.
Un instante completado por
la existencia ausente de
cuerpos celestiales; flotar en la nada
nos regalaba una epifanía de reconocimiento.
Morir y nacer
reposan en una cuna.
—Pem Sluijter

La historia parece la trama de una de las primeras novelas del escritor griego Petros Márkaris. El protagonista se encuentra una hebra, un fleco que no cuadra en la escena, empieza a tirar de él y se termina topando con una madeja de corrupción que es más grande que el país entero. Cuando el ahora difunto Jorge Enrique Pizano empezó a investigar las primeras señales de corrupción en la Rutal del Sol II como parte de su trabajo de auditor, no tenía la más mínima sospecha del agujero negro que terminó cobrándose su vida y la de uno de sus hijos. Se necesitó que la justicia estadounidense se impusiera sobre la empresa gigante brasilera Odebrecht, con tentáculos en casi toda América Latina, para confirmar sus hallazgos como auditor de la firma.