Me sorprendió bastante encontrarme con una recreación del síndrome de Don Quijote en la última película de The Matrix, Resurrections, eso sí, narrada en clave del mundo digital. En esta versión, Thomas Anderson (Alonso Quijano) adquiere el síndrome no por la lectura de novelas de caballería sino por su entrega a los videojuegos. Tiene a su propia Dulcinea (Trinity) y quizás el giro más divertido sea el de Sancho Panza convertido en psicoanalista, un giro quizás inspirado en el cuento corto de Kafka La verdad sobre Sancho Panza: Alonso Quijano descubre que ha sido Sancho quien se ha inventado toda la trama de su vida.
Los primeros 15 minutos son magníficos en la escenificación del síndrome, juegan bastante bien con la confusión entre el mundo real y el imaginario (que según el síndrome puede llegar a ser más real que el primero). Hay una justificación sarcástica sobre por qué hacer esta nueva versión (Warner Bros puede hacerla sin las hermanas Wachowski si quiere) y finalmente no hay más remedio que tomarse la pastilla roja después de tanto tiempo tomando la azul. (Sigue leyendo »»)