Semana de conspiración (1)

En la última semana escuché cuatro teorías conspirativas en diferentes ámbitos y esta semana ya empieza con una nueva. ¿Qué está pasando?

Teoría del lunes: Hitler vivió hasta los 95 años.

Esta fue la noticia que me enviaron como prueba. Reconocer a Hitler en esa foto es todo un acto volitivo. Recordé la muerte de Efraín González. Cuenta la leyenda urbana que el gobierno puso una placa en Las Aguas donde Siete Colores fue dado de baja: «Aquí pelearon 200 honorables soldados contra un cruel y miserable hombre». Poco tiempo después apareció debajo un grafiti memorable: «Y casi se les vuela». Fueron 9 horas de intensa lucha entre González y los 200 soldados. El libro Hitler en Brasil, de Simoni Renee Guerreiro, sostiene que Hitler sí se les voló a las fuerzas aliadas. Es el problema de que nunca se encontraron rastros de su cadáver en su ya famoso bunker.

Teoría del martes: Bin Laden está vivo.

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La biblioteca de Babel 2.0

Conocí a Jay J. (JJ) en un jamsession en el bar Hoppe, en Amsterdam, un par de años después de la caída de las Torres Gemelas, en plena fiebre antiterrorista estadounidense. Me preguntó que de dónde era yo, «¡Ah, Colombia, la tierra de Borges!». Me hizo sonreír, una asociación mucho más original que la de «Pablo Escobar», «Cali Cartel» o «Cocaine». «Borges es argentino, pero sabía muy bien que ser colombiano es un acto de fe». «Oh, sí, leí eso en un cuento». No esperaba hablar con un gringo de Borges esa noche, pero me contó una versión actualizada de La biblioteca de Babel que hoy ya tiene pleno sentido.

–Imagina una biblioteca donde están archivados todos los e-mails del mundo. Incluyendo los drafts que no se envían o los correos borrados –dijo JJ con gran fascinación.

–Existe, es la biblioteca de Babel. Aunque Borges jamás envió un e-mail, su biblioteca contiene también todos los emilios escritos y por escribir de la humanidad –anoté yo, mientras acompañaba un maní con un poco de ginebra añeja. Su mirada me dio a entender que no estaba dispuesto a ser outsmarted por un colombiano en Amsterdam.

–De acuerdo, lo que quiero decirte es que esa biblioteca existe y la tenemos nosotros –. JJ bebió su copa y la puso con fuerza sobre la mesa, como quien vence en una competencia de fondo blanco con un escorpión sobre la mano.

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Orígenes del minotauro, 1

La perdición del toro es su constancia, su persistencia. La ilusión de creer que al perseguir sin tregua el capote logrará darle alcance. La gracia del torero consiste en alimentar esa ilusión, en acercarle con todo el arte posible el capote, el objetivo. Dicen que el mejor toro es el que se entrega a esta faena con la mayor bravura posible.

En Vivir para contarla, García Márquez cuenta que sorteó una embestida feroz de su madre, Luisa Santiaga, con una verónica larga. Quizás sea la mejor suerte que enseña este arte, cómo sobrevivir a esas embestidas. Se necesita valor: anoche soñé que un toro me perseguía y lo mejor que pude hacer fue correr entre una maraña, entre un laberinto vegetal, con la esperanza de que se cansara o se perdiera. La verónica larga necesita buen humor, no miedo.

Si por un instante el toro se entregara al recuerdo de la dehesa donde fue feliz, dejaría de correr. Sería el final de las corridas. Sería enviado de regreso al coso. Pero el toro no tiene otra opción que ser fiel a sí mismo, a su naturaleza. Es su casta, como la llaman los taurófilos, ese oximorón que define a quienes su amor por el toro solo puede ser saciado con su muerte en el ruedo. Del sueño me quedó el recuerdo de su respiración acelerada, símbolo de su búsqueda infatigable. Esta mañana me puse su cabeza. Amanecí convertido en minotauro. Cin cin.

Picasso, Suite Vollard: minotauro tumbado con mujer.

 

¿Inocentada?

Hoy es el día ideal para publicar una entrada que puede parecer una inocentada o dejar la duda de no serlo. Aquí va: Casablanca es considerada un clásico del cine gracias al lobby de las tabacaleras.

La he visto unas cuatro veces. Como tantas buenas películas, me parece que podría ser una excelente obra de teatro. La producción no es ambiciosa, acontece en 4 locaciones principales, la historia de amor es sencilla y su corazón son los one-liners pronunciados en el momento exacto.

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Mi palabra en colombiano del 2013: Descuerar

Dice la RAE:

descuerar.

(De des- y cuero).

1. tr. Desollar, despellejar. U. m. en América.

2. tr. Desacreditar a alguien murmurando gravemente de él.

Este año en Colombia cabe agregarle una tercera acepción:

3. tr. Talento de los colombianos para destrozar o minimizar a algún compatriota sobresaliente.

La primera vez que me enteré del científico colombiano Raúl Cuero fue en 2004 mediante una entrevista publicada en El Tiempo. En ella contaba su camino desde la pobreza en Buenaventura hasta su doctorado en una universidad de los Estados Unidos más otros logros a lo largo de su carrera.

Me impresionaron frases como estas:

Cuero, hijo de una lavandera y un cargador de bultos en Buenaventura, dice haber sacado su creatividad de las precariedades de su infancia.

A los 7 años, le atraían los insectos porque le gustaba verlos caminar. Así percibió que al ausentarse una cucaracha, su compañera la buscaba. Con las lagartijas, el científico recuerda que se preguntaba por qué estos reptiles permanecían en el cemento de las paredes de su casa y no en la madera. Después descubrió que era por la frescura de los ladrillos.

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