Decía Manuel que el gran placer de caminar por el Barrio Rojo de Amsterdam es que en ningún otro lugar del mundo puede encontrar un hombre, por feo que sea, tantas mujeres en tanga sonriéndole y pidiéndole que entre a pasar 15 minuticos con ellas. Bueno, en ningún otro lugar del mundo excepto en Villa Certosa (y gratis además). "Quien ama conquistar no puede dar dinero, ¿en dónde estaría el placer de la conquista?", dice el Gran Conquistador. Ayer fue detenido Tarantini, el proveedor de mujeres al usuario final, como lo describió el abogado de Berlusconi. Siento algo de grima por Papi: ¿resultó entonces que todas esas bellas velinas que paseaban topless por Villa Certosa caían en su cama no por sus innegables poderes de seducción sino porque Tarantini las había contratado? No hay derecho, pobre Papi, qué desilusión…