The Man (25). Ara Güler, retrato de una pasión

El perfil podría titularse también El ojo de Estambul, como se le conoció en vida a Ara Güler, porque al fin y al cabo retrato de una pasión es un lugar común para referirse a creadores que han hecho una obra significativa siguiendo su pasión. En el caso de Güler se puede hablar del joven que descubre la fotografía en su adolescencia y empieza a caminar por el mundo tomando fotos sin parar. Descubrió las portadas de Life y encontró su vocación: el fotoperiodismo. Se dijo a sí mismo que eso era lo que él quería hacer y aprendió sobre la marcha cómo hacerse fotoperiodista. Lo logró tan bien que la por entonces recién creada Agencia Magnum lo escogió como su hombre en Turquía.

Se estima que el archivo de Güler consta de casi dos millones de negativos que testifican el final del siglo XX, en especial, la historia de Estambul. En el documental sobre su vida, él mismo se sorprende ante el volumen del archivo, llega incluso a decir que ya no le pertenece ni siquiera a él sino a Turquía. Es increíble cómo un joven toma una cámara y la convierte en su pasaporte para viajar y descubrir el mundo, para presentar ángulos particulares y que revelaron no pocas sorpresas, incluyendo una antigua ciudad griega cuya historia remota era desconocida para sus propios habitantes actuales.

En el documental ni siquiera se le pregunta por el uso del retoque digital. De hecho, de las cosas más impresionantes de sus imágenes es la captura de la realidad pura y dura, en todo su espectro, desde el descanso de un pescador a la barbarie de la guerra.

Ya se ha dicho muchas veces: el gran crimen de la educación tradicional es que no cultiva las pasiones, no sirve siquiera para identificarlas. Las teorías de conspiración dicen que es así para favorecer el sistema de producción; preparar personas para cumplir órdenes, asimilar conceptos y ponerlas a trabajar en la cadena de producción. Aparecen entonces anomalías como Güler, que con el simple acto de tomar una cámara e irse a recorrer el mundo nos deja un legado esencial para descubrir nuestra propia identidad tan solo guiado por la pasión.