En mi última visita a los laboratorios Acme decidieron quitarme el chip SQL y remplazarlo por uno Wireless. El motivo es que llené la base de datos de prueba con imágenes, cuando debería concentrarme solamente en textos y números. Según los científicos encargados, al guardar imágenes pierde muchísima eficiencia el chip y, si bien es facilísimo borrarlas, entorpecí los resultados… mala suerte. Así que decidieron ponerme uno Wireless, microscópico, del tamaño de una aguja de acupuntura en la oreja, con el cual se pueden hacer conexiones a redes inalámbricas (siempre y cuando tengan encriptación WEP, no WAP).
El entrenamiento me tomó un día completo, utilizando técnicas de neurofeedback. El primer paso es reconocer las redes inalámbricas disponibles: una vez que se logran sintonizar las ondas del cerebro con las de la red a la que se quiere conectar, el chip se encarga del protocolo de conexión y abre de inmediato una versión reducida de Mozilla Firefox 2. La velocidad de conexión es decente, 5kb/s, y el chip es muy útil cuando se está en la calle y se quiere averiguar una dirección: se conecta uno al sitio Map 24, por ejemplo, dicta la dirección, cierra los ojos, y el resultado de la navegación aparece "en pantalla". Según dicen los científicos, los usuarios más avanzados pueden proyectar el resultado sin necesidad de cerrar los ojos. El siguiente paso es aprender a leer mi correo electrónico utilizando el chip.
Hasta donde entendí, el mayor riesgo es una sobrecarga del chip: hay que ser moderado, no más de 2 horas de navegación inalámbrica al día. Si todo sale bien, estará en el mercado a mediados del 2008.
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