Actores del conflicto

I don’t agree with Gay marriages.
I believe that gay marriage is something
that should happen between a man and a woman.

Arnold Scharwzenegger

Mis impulsos de coleccionista no me permitieron perderme la tercera parte de la saga de Terminator. Lo mejor de la película, ver a la Terminatrix Kristanna Loken recién llegada del futuro y algunos detalles cómicos de la historia. Por lo demás, decepcionante. El hecho es que viendo a Arnold me pregunté quién sería su representante, en especial ahora que se lanzó de candidato a gobernador de California.

Ya es una expresión común hablar de los actores del conflicto como analogía entre las acciones representadas por los actores en el escenario teatral y la arena política. Pues esta semana seguimos viendo ejemplos que tornan difusa la frontera trazada por esta analogía. Está Arnold actuando como candidato presidencial y Tony Blair como Primer Ministro. Entre ambos actores, Blair se lleva el Oscar, me parece.

Arnold está haciendo su campaña como ordenan los cánones mediáticos del siglo XXI: primero el asesor de imagen, el encargado de elevar su perfil en las encuestas, y luego los contenidos. Por eso es que en esta primera fase estaremos escuchando frases cómicas como la que aparece de epígrafe de esta crónica; en contadas semanas aparecerá el discurso político relativamente serio. Pero no deja de causar ternura este nuevo papel de Arnold, quizás tanto como cuando lo vimos en la inmemorable comedia con Danny de Vito: un gigante de estas proporciones dando los primeros pasitos de su carrera política.

Qué diferencia con Blair, un político curtido que nos logró convencer con su carisma de su honestidad y dedicación a sus causas. Ahí lo tenemos defendiendo aún la existencia de las armas de destrucción masiva a pesar de que ya pasaron 4 meses de la invasión gringa y más de 3.000 muertos, incluyendo decenas de sus propios soldados. El súmmum de su capacidad lo alcanzó el jueves pasado frente a Lord Hutton, en donde se dio el lujo de concluir su presentación sobre el caso del Dr. David Kelly diciendo:

All I can say was that there was nothing in the conversations we had that would have alerted us to him being anything other than someone, you know, of a certain robustness who was used to dealing with the interchange between politics and the media. Having said that, it is never a pleasant thing, indeed it is a deeply unpleasant thing, for someone to come suddenly into the media spotlight. (Fuente)

¿Murío el Dr. Kelly entonces por el pánico escénico una vez que Blair lo trajo a la luz pública? A este paso no parece entonces irrelevante que la política termine siendo para Terminators como Arnold.

Quizás la última carta con la que se jugó su cabeza Alastair Campbell fue la de propiciar un apagón tipo NY en Londres para activar un efecto mediático similar al de la semana pasada y trasladar la atención pública hacia otro lado. Este truco no funcionó y efectivamente Blair nos dio la cabeza de Campbell. Esta me parece una hipótesis muy plausible. Al fin y al cabo, después de que Bush, Blair y Aznar les creen a los informes de inteligencia que dicen que Irak tiene armas de destrucción masiva que pueden ser activadas en 45 minutos flat, ¿por qué no habríamos de darle credibilidad a los informes de inteligencia del MI6 de Utópica Ediciones?

¿Cómo nos informaría Arnold si perdiera a su jefe de comunicaciones? ¿Alastair Campbell, Terminated? Una pérdida lamentable por lo demás. Nuestros colegas comediantes ingleses desde ya lo resienten. Pero para que vean ustedes lo que es el estilo, hoy anunció Blair un «Ministerio de la Verdad«, en un sentido homenaje a Campbell.

Empecemos a cerrar esta crónica preparando el terreno para la siguiente actuación que será sin duda memorable: el fantástico actor George W. Bush pidiéndole colaboración al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para no tener que pagar solo la reconstrucción de Irak ni seguir recibiendo más muertos en contra de su popularidad en vísperas de las elecciones. A mí me parece un actor memorable, en especial, por esa candidez con la que puede olvidarse de su papel y sonreír cada vez que el público lo aplaude, aunque lo más probable es que este no será el caso cuando intervenga en la ONU, menos aún después de la muerte de Sérgio Vieira de Mello. Es tan cándido Bush que quizás le revele al Consejo que a pesar de su censura a los productos franceses, conservó French fries en el congelador de la Casa Blanca

Es que sin duda el problema más grande de que se difuminen las fronteras entre la arena política y el teatro con esto de los actores del conflicto, es que los políticos terminen creyéndose sus propios papeles, sus propias mentiras y terminen llevando a sus países a invasiones farsantes como la de Irak. Esta es la hora en que Bush todavía cree que los iraquíes están felices con su llegada y cree también que todos le creemos. En otras palabras, con estos políticos estamos terminated.

Pero no todo es negativo. Si como lo decíamos en la crónica pasada los niños después del noticiero van a decir: «Papi, papi, cuando sea grande quiero ser compositor para escribir Corridos prohibidos«, después de ver a Blair y a Bush dirán: «Papi, papi, cuando grande quiero ser actor como ellos». Necesitamos más artistas en este mundo y nuestro deber será encausar a esos jóvenes talentos. Es nuestra esperanza para salvar a la humanidad de los Terminators.

Al salir de la película le prometí a mi amiga que en todo caso no iremos a ver Terminator IV, así sea lo único que estén presentando un viernes a la medianoche.