Esta es una semana dolorosa para los cronistas utópicos. La Unión Europea, quizás el proyecto utópico más importante de los últimos 60 años, está a punto de ver cómo sale uno de sus miembros sin mayores expresiones de solidaridad de los otros Estados. Si Grecia sale, la Unión Monetaria Europea no corre ningún peligro, es la frase con la que Angela Merkel trata de tranquilizar a los mercados. Es lo que importa, que la unión monetaria no se resienta. Qué suceda con los 11 millones de griegos… fue su destino, cavaron su propia tumba, cometieron harakiri, según sentenció el francotirador neoliberal Vargas Llosa. De la utopía de una Unión solidaria entre sus pueblos es poco lo que queda después de la debacle en tiempo real griega.
Author / Daniel Ramos
Una gota feliz
¿El propósito de tu vida, Alejandro?
Disolverme en el océano divino como una gota feliz
Guede zaina
De la serie Échale salsita presentamos hoy: Guede zaina. La versión original fue interpretada por Celia Cruz, uno de sus primeros álbumes con la Sonora Matancera. Contaba la Reina de la Salsa que la orquesta se intimidó con la potencia de su voz y le pidió que cantara no tan potente. Así que en esta versión está Celia a media marcha, igual es una belleza:
Ahora dos versiones después de echarles salsita, la de Oscar D’León:
y la entrañable del maestro Kike Harvey, disfrutemos:
Excesos de belleza (2)
La idea con la evocación de los excesos de belleza del texto anterior era explorar su relación con la poesía, tal como la entendía Tarkovski:
When I speak of poetry I am not thinking of it as a genre. Poetry is an awareness of the world, a particular way of relating to reality. So poetry becomes a philosophy to guide a man throughout his life.
Digresión: cito el texto en inglés porque creo que se acerca más a lo que quería decir Tarkovski que el texto de la traducción en español:
Al hablar de poesía no estoy pensando en ningún género determinado. La poesía es para mí un modo de ver el mundo, una forma especial de relación con la realidad.
Vistas las cosas así, la poesía se convierte en una filosofía que acompaña al hombre durante toda su vida.
Me parece que es mejor hablar de una conciencia del mundo que de un modo de verlo. Como también es más significativo hablar de una filosofía que guía, que orienta, que de una que acompaña, si bien hay una relación salerosa entre ambas. Al final cada viajero escoge su receta.
Me pregunté cómo habría sido traducido este fragmento en griego. Le pedí a F. una copia y la traducción de su libro:
La traducción que me dio F. es muy similar a la versión en inglés. Demasiado similar. Le pregunté que si era del ruso. Me confirmó que era del mismo libro que tengo en inglés (traducido del ruso por Kitty Hunter-Blair). En cierta forma una lástima, pues sería muy interesante saber cómo lo expresaría un griego. Es la siguiente tarea: encontrar el original en ruso y ver cómo lo traduciría un griego. Haré lo mismo con la versión en neerlandés, que ya de entrada plantea otro desafío: el libro se titula De verzegelde tijd (El tiempo sellado), igual al título en alemán, Die Versiegelte Zeit. De El tiempo sellado a Esculpir en el tiempo hay mucho trecho. Me intriga sobre todo porque aparte de la belleza de la expresión, esculpir en el tiempo significaba para Tarkovsky tallar cada fotograma hasta formar una película (que transcurre en el tiempo).
Si sale bien, podría decirse que se logra esa otra acepción que evoca el título: la inmortalidad reservada a quienes saben hacerlo en la historia de la humanidad. ¿Por qué habla el traductor neerlandés del arte de hacer cine como el tiempo sellado? ¿Interpreta cada fotograma como un sello, una estampa, una impronta, en el tiempo? Dejemos esta digresión aquí por hoy.
Excesos de belleza (1)
La primera vez que experimenté el síndrome de Stendhal en forma fue en Florencia. Ya había vivido varios episodios de exceso de belleza. Los primeros cinco que se me vienen a la cabeza (no más de cinco y citándolos muy rápidamente porque de lo contrario colapso y no hago nada) son:
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El aria de la Pasión según san Mateo, Erbarme Dich, mein Gott:
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La voz de Inessa Galante
La primera vez que la escuché en vivo fue en la sala menor del Concertgebouw. Presentaba el disco Confesso y varias veces al escucharla quedé derretido en mi silla, totalmente sin control sobre mis músculos. Mejor paro con la música porque no termino.