Todos lo hacen

Dentro de las excelentes obras literarias de formación, una de mis preferidas y que creo esencial en la adolescencia por la impronta que deja es Un enemigo del pueblo, de Ibsen. Enseña sobre todo el valor de defender la verdad y lo ético aún a pesar del deseo o la voluntad popular. La fortaleza para discrepar aunque todo el mundo abogue por el derecho consuetudinario, aunque la respuesta ante algo indebido sea pero si todos lo hacen.

De las veces que me he encontrado con esa frase en mi vida puedo decir que siempre que se pronuncia es porque oculta algo que quien la enuncia sabe que está mal. Recuerdo que la escuché cuando se demostró que la campaña de Samper fue financiada por los narcos. Pero si todos lo hacen, me dijeron algunos amigos como defensa de Samper. Absurdo, insólito, pero así lo afirmaron. De una de esas amigas tuve que escuchar de nuevo esa frase en otro caso y otro contexto, en una institución donde la mayoría se prestaba para pasar sobrecostos ficticios a la administración pública –con aquiescencia del tesorero. Todos lo hacen, me dijo ella cuando le conté lo que estaba pasando. La justificación era también absurda. Me gané muchos enemigos por no hacerlo. Debo a Ibsen haber salido limpio de esa olla –aunque con la culpa de no haberla denunciado. Pero Cundinamarca no es Dinamarca y yo venía de escribir una monografía sobre la muerte anunciada. Honesto sí, suicida, no.

Esta semana la cuenta de implicados por el desfalco de Interbolsa ascendió a 37 personas, entre las que se incluyen todos los responsables de haber controlado a la empresa. No hubo un solo enemigo del pueblo que se parara ante los planes inflacionarios del doctor Rodrigo Jaramillo y sus secuaces. Por las actas se sabe que el comité de riesgos sí prendió todas las alarmas pero no dio el paso definitivo para desarmar el plan de Jaramillo. Todos lo hacen imagino que escucharon las voces disonantes que alertaron sobre la desgracia y el riesgo de inflar la acción de Fabricato.

Ibsen escogió Un enemigo del pueblo como título de su obra. Todos lo hacen bien podría ser un excelente título alternativo.

Caso Colmenares: la muerte anunciada v. 2.1

Después de casi dos años de publicar esta entrada sobre el Caso Colmenares, es poco lo que ha cambiado en su estructura pero sí se han añadido hechos escalofriantes. Veamos.

 

Falsos testigos

Es comprensible que en su afán por aclarar el caso el exfiscal González se lanzara a la tarea de encontrar a algún testigo que hubiese visto por casualidad todo lo sucedido. Al fin y al cabo el Parque del Virrey es bastante concurrido. Lo que sí es totalmente inaceptable es que se haya inventado tres testigos falsos para corroborar su hipótesis del caso. Esto no le hizo ningún bien a nadie; por el contrario, solo sirve para golpear la labor y la imagen de la Fiscalía. Los testigos falsos caen por la pericia del abogado Jaime Granados, quien pareciera ser todo un experto en estos tejemanejes al interior de la Fiscalía porque en menos de 2 días ya había desvirtuado la coartada de Wilmer Ayola. ¿Cuántos procesos se habrán resuelto de esta manera en la Fiscalía, con falsos testigos, y con defensas impotentes por no contar con los recursos de un Granados? Si la vida de Pablo Escobar inspiró sutilmente la de Walter White en Breaking Bad, la del exfiscal González está ni que pintada para una serie tipo Dexter.

 

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The Man, 15. García Márquez o sobre un estado del alma

Gabriel García MárquezHe sufrido el síndrome de don Quijote varias veces en mi vida. En una de ellas, la lectura de La República de Platón, los Escritos políticos y El juego de los abalorios de Hermann Hesse me llevaron a estudiar Ciencia Política. A grandes líneas, de La República me encantó la idea del político como médico del Estado, de la política como el arte de lograr el bienestar de la sociedad; de los Escritos políticos aprendí una visión amplia y solidaria ante los males que se ciernen sobre la sociedad; y de El juego de los abalorios me contagié de la mística de la formación y el aprendizaje. La realidad no tardó mucho en destrozar mis lecturas.

El departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes carecía por completo de esa mística que yo le daba o buscaba en un alma mater; su pensum había sido elaborado por otros padecientes del síndrome de don Quijote, quienes tenían toda la visión del Estado formada por la teoría europea y poco o nada relacionada con la realidad colombiana; y muchos de sus profesores recitaban con gran solemnidad las hojas amarillentas o plastificadas de sus cursos.

Me salvaron las opciones en historia, literatura y filosofía. Viví una epifanía en una charla del profesor Manuel Hernández sobre García Márquez como chamán del Estado colombiano. El profesor Hernández hacía un recorrido por la obra de García Márquez, sus últimas pronunciaciones sobre la realidad colombiana, para mostrarnos una visión del país sorprendente. Ese día descubrí una forma de comprender a Colombia que nunca había oído y mucho menos imaginado.

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Semana de conspiración (2)

Posibles trayectorias del vuelo MH370

Posibles trayectorias del vuelo MH370

Los creadores de teorías de la conspiración no descansan. Nos legaron esta semana dos teorías conspirativas sobre el MH370. Una propia de la ciencia ficción, la segunda del terror.

Teoría 1.

En 1994, un segmento de la oposición antimonárquica e independentista malaya no tuvo más remedio que huir del país so pena de ser encarcelados por órdenes del rey. Como ningún país aliado quiso recibirlos decidieron fundar su propia versión de Atlantis en el océano Índico. En el MH370 viajaba una delegación de diez científicos chinos expertos en energía hidráulica. El ejército rebelde decidió secuestrarlos y desviaron el MH370 hacia su refugio en el Índico.

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Cuestiones de percepción

Mosca
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Golf

La primera vez que llegué a Schiphol me sorprendió encontrar la mosca en el urinal. Como soy zurdo, apunté para el lado contrario, pero sí me pareció un poco sádica la sugerencia de orinar sobre la mosca. Luego, en un viaje a Nueva York, leí en el Wall Street Journal que el grupo Schiphol había ganado la licitación para remodelar la terminal 4 del aeropuerto JFK, "y los urinales tendrán moscas", resaltaba el artículo. Tal cual y, de nuevo, moscas para derechos.

Hace un par de semanas me sorprendió el cambio en Schiphol. Ya no hay más moscas, sino un hoyo de golf con banderín incluido y centrado en el urinal. No más excusas para los zurdos. Pero lo que más me llamó la atención fue el cambio de percepción sobre un mismo acto que obraba la imagen: si apuntarle a la mosca me parecía sádico, tratar de hacer hoyo en uno me parecía juguetón. Pero el acto y el objetivo siguen siendo los mismos. Lo sorprendente es que tanto la percepción como la experiencia misma del acto pueden cambiar tan sencillo como pasar de una imagen a otra. ¿Cuántas cosas podemos re-imaginar así de sencillo en nuestras vidas?