Después de casi dos años de publicar esta entrada sobre el Caso Colmenares, es poco lo que ha cambiado en su estructura pero sí se han añadido hechos escalofriantes. Veamos.
Falsos testigos
Es comprensible que en su afán por aclarar el caso el exfiscal González se lanzara a la tarea de encontrar a algún testigo que hubiese visto por casualidad todo lo sucedido. Al fin y al cabo el Parque del Virrey es bastante concurrido. Lo que sí es totalmente inaceptable es que se haya inventado tres testigos falsos para corroborar su hipótesis del caso. Esto no le hizo ningún bien a nadie; por el contrario, solo sirve para golpear la labor y la imagen de la Fiscalía. Los testigos falsos caen por la pericia del abogado Jaime Granados, quien pareciera ser todo un experto en estos tejemanejes al interior de la Fiscalía porque en menos de 2 días ya había desvirtuado la coartada de Wilmer Ayola. ¿Cuántos procesos se habrán resuelto de esta manera en la Fiscalía, con falsos testigos, y con defensas impotentes por no contar con los recursos de un Granados? Si la vida de Pablo Escobar inspiró sutilmente la de Walter White en Breaking Bad, la del exfiscal González está ni que pintada para una serie tipo Dexter.
El cuerpo ausente
La bombera Yadira Piamonte lo tiene muy claro: “la razón por la que el primer grupo no encontró el cuerpo es que no se encontraba ahí”. Los bomberos que ya han testificado afirman que el caudal en el caño no sobrepasaba los 20 centímetros, totalmente insuficiente para arrastrar un cuerpo de 77 kilos siquiera un centímetro y mucho menos para cubrirlo al punto de hacerlo invisible para la unidad de bomberos que inspeccionó el caño. ¿Cómo es posible que un cuerpo que no se encontraba en el caño aparezca después con un sinfín de golpes que no se pueden explicar por la caída al caño?
La imposibilidad de resolver este interrogante de manera satisfactoria es la que tiene a Laura Moreno al borde de la cárcel. ¿A quién o quiénes encubre Laura Moreno? Es obvio que ella no pudo arrastrar el cuerpo y mucho menos causarle todos los golpes con los que apareció después. Para la bombero Piamonte también es claro que Moreno nunca bajó al caño a buscar a Colmenares: ¿por qué dijo esta mentira? El próximo lunes se recreará el operativo de búsqueda que hicieron los bomberos. Un evento importante para el caso porque la Juez 11 verá en el sitio si era posible o no que el cuerpo pasara desapercibido para los bomberos.
Intento de fuga
Cuenta Moreno que el joven Colmenares se estaba comiendo un perrito caliente cuando de súbito decidió empezar a correr. A pesar del elevadísimo grado de alcohol con el que fue encontrado su cuerpo, Colmenares pudo correr sin parar ni caerse la distancia entre la 85 con 15 y el Parque del Virrey, unos 500 metros según la ruta descrita por Moreno. ¿Cómo pudo Colmenares correr tanto estando totalmente ebrio? Se hace plausible pensar que vio señas de que lo iban a linchar y decidió salir corriendo. ¿Supieron sus amigos lo que iba a suceder? Las conversaciones grabadas a estos amigos, más ese fragmento en el que Moreno dice que ella vio las cosas pero no tiene nada que ver en lo sucedido, parecen afirmar que sí lo sabían. ¿Contará la verdad Moreno? Tal como está el caso, las únicas que pagarán cárcel por falso testimonio y encubrimiento serán ella y Quintero: ¿sacrificará su vida por un crimen del que fue testigo pero no cometió?
Independientemente del resultado final del juicio, la justicia colombiana deja muchos sinsabores. El abuso con el programa de protección de testigos para acoger falsos testigos debe ser sancionado ejemplarmente. Y queda la pregunta por la competencia de la Fiscalía para resolver este tipo de casos: ¿acaso a pesar de todas las evidencias la Fiscalía colombiana no puede armar un caso concluyente?
Robo a la casa de la familia Colmenares
Por si no fuera suficiente el calvario del proceso sobre el homicidio de su hijo, ayer la familia Colmenares fue víctima de un robo. Los delincuentes no se llevaron ni las joyas ni el dinero que había en casa, sino los portátiles y iPads donde la familia registraba la información sobre el caso. Doña Oneida cree que el robo coincide con la entrega de una memoria USB que un desconocido hizo en su casa. De nuevo, su intuición vuelve a jugar un rol importante: dice que por cosas del destino decidió guardar la memoria en otro lugar, luego no se la pudieron llevar los ladrones. ¿Estará en esta memoria la prueba reina del caso? El tiempo corre en contra de los delincuentes, aunque ante la desprotección de la familia Colmenares por parte de las autoridades, de pronto vuelven a rastrear la casa en el fin de semana.
Todos estos análisis se parecen al juego de la piñata: palos de ciego a ver quién acierta. No le extrañe que en un par de meses esté escribiendo para disculparse con Carlos, Laura y Jessy.