Los pájaros de Hitchcock, versión azulada

Esta mañana me encontré con mi vecina y me dijo: “Ven y te tomas un café conmigo que te quiero presentar a Ham y Kaas (Jamón y Queso)”. Entré a su apartamento y me llevó directo al balcón. Me encontré con una jaula enorme donde había dos pajaritos azules.

—La que está en la barrita es Ham, el que está volando es Kaas.

—¿Cómo puedes distinguirlos?

—Es muy fácil. Ham es muy observadora, siempre está pendiente de lo que está sucediendo, muy analítica, trina mucho y de todo. Kaas en cambio es muy activo, lo ves moviéndose de aquí para allá, siempre tiene algo qué hacer. Tiene espíritu de viajero. Son como el ying y el yang.

—¿Por qué no los llamaste así entonces?

—Ay, no, Ham y Kaas suena más divertido. ¿No te parecen bonitos nombres?

El queso y el jamón siempre los asocio con el pan francés o un croissant, no con pajaritos azules.

—Tiene su punto original y divertido, tienes razón. ¿Qué es esa pulserita que lleva Ham en la patica?

—Ese es Kaas. Es una banda inalámbrica conectada con el router.

No hacía mucho le había ayudado a instalar su red inalámbrica y ahora me sorprendía con esto. No me imaginaba que el internet de las cosas incluyera animales también.

—Ahí donde lo ves, Kaas es un pajarito muy bien entrenado.

Trajo su iPad y me explicó muy emocionada:

—Con esta app puedo monitorear toda su actividad. En esta pestaña puedo ver cuántos metros ha recorrido hoy. Qué curioso, ha estado más activo que de costumbre.

Activó la vista en 3D y vimos su vuelo actual y los de la última semana.

—Mira, en naranja y rojo están marcadas sus zonas más activas, en azul las menos frecuentes, y en amarillo las nuevas. Qué bonito, está explorando la nueva fuente de agua que puse.

Deslizó su dedo en la pantalla y me mostró otra feature de Kaas.

Peanut bird selfie—Es que es muy inteligente. Mira, en esa cajita con ramitas hay una cámara donde puede tomarse un selfie. Todas las mañanas lo hace, aquí puedes ver el selfie de hoy.

Tuve la impresión de que sonreía para la foto. Muy inteligente.

—Lo más sorprendente es que lo puedes programar como tu alarma. Este regulador mide la cantidad de alpiste que tiene en su plato. Cuando él nota que está a punto de terminar, picotea esa palita y dispara la alarma de mi iPad.

—Impresionante. Oye, ¿y por casualidad sabes el contenido de los trinos entre ellos? ¿Utilizan algún hashtag para expresarse el amor entre ambos?

—Bueno, tanto como hashtags tampoco, pero en estas otras gráficas sí puedes medir la intensidad de sus trinos y así puedes discernir su estado emocional. Ham amaneció más cotilla que de costumbre, por ejemplo.

—¿Está ovulando?

—No, bobo, están esterilizados. Es por el calor del verano. Son una adoración, espero que no te molesten mucho por la mañana.

—Te soy sincero: no los había notado entre tantos pajaritos. Si se ponen muy molestos seguro que tu app también puede abrirles la jaula para que salgan y se den una vuelta.

—No, cómo se te ocurre, si salen se pierden y no vuelven.

—Seguro la app te puede indicar por dónde están.

—Pues hasta donde alcance la señal con el router, después de ahí están perdidos.

El mundo offline asusta no solamente a los humanos entonces… Como le sucede a mi amiga L, a mí también me afecta ver a estos pajaritos enjaulados solo para entretener a sus dueños. De repente tuve la imagen de que salían en bandada miles de ellos y se dirigían todos contra la cara de Nicolette van Dam, una recreación del linchamiento que está viviendo por un mal trino, una versión digital de Los pájaros de Hitchcock. Y de pronto empecé a ver muchos pajaritos azules enjaulados en mi celular.

—¿En qué piensas? A mí me pasa seguido con ellos, me pierdo en sus trinos fácilmente.

—No, nada especial, tengo la sensación de que ya había visto estos pajaritos azules enjaulados en otra parte.

Hablando de azul, cantemos:

¿Inocentada?

Hoy es el día ideal para publicar una entrada que puede parecer una inocentada o dejar la duda de no serlo. Aquí va: Casablanca es considerada un clásico del cine gracias al lobby de las tabacaleras.

La he visto unas cuatro veces. Como tantas buenas películas, me parece que podría ser una excelente obra de teatro. La producción no es ambiciosa, acontece en 4 locaciones principales, la historia de amor es sencilla y su corazón son los one-liners pronunciados en el momento exacto.

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Actores del conflicto

I don’t agree with Gay marriages.
I believe that gay marriage is something
that should happen between a man and a woman.

Arnold Scharwzenegger

Mis impulsos de coleccionista no me permitieron perderme la tercera parte de la saga de Terminator. Lo mejor de la película, ver a la Terminatrix Kristanna Loken recién llegada del futuro y algunos detalles cómicos de la historia. Por lo demás, decepcionante. El hecho es que viendo a Arnold me pregunté quién sería su representante, en especial ahora que se lanzó de candidato a gobernador de California.

Ya es una expresión común hablar de los actores del conflicto como analogía entre las acciones representadas por los actores en el escenario teatral y la arena política. Pues esta semana seguimos viendo ejemplos que tornan difusa la frontera trazada por esta analogía. Está Arnold actuando como candidato presidencial y Tony Blair como Primer Ministro. Entre ambos actores, Blair se lleva el Oscar, me parece.

Arnold está haciendo su campaña como ordenan los cánones mediáticos del siglo XXI: primero el asesor de imagen, el encargado de elevar su perfil en las encuestas, y luego los contenidos. Por eso es que en esta primera fase estaremos escuchando frases cómicas como la que aparece de epígrafe de esta crónica; en contadas semanas aparecerá el discurso político relativamente serio. Pero no deja de causar ternura este nuevo papel de Arnold, quizás tanto como cuando lo vimos en la inmemorable comedia con Danny de Vito: un gigante de estas proporciones dando los primeros pasitos de su carrera política.

Qué diferencia con Blair, un político curtido que nos logró convencer con su carisma de su honestidad y dedicación a sus causas. Ahí lo tenemos defendiendo aún la existencia de las armas de destrucción masiva a pesar de que ya pasaron 4 meses de la invasión gringa y más de 3.000 muertos, incluyendo decenas de sus propios soldados. El súmmum de su capacidad lo alcanzó el jueves pasado frente a Lord Hutton, en donde se dio el lujo de concluir su presentación sobre el caso del Dr. David Kelly diciendo:

All I can say was that there was nothing in the conversations we had that would have alerted us to him being anything other than someone, you know, of a certain robustness who was used to dealing with the interchange between politics and the media. Having said that, it is never a pleasant thing, indeed it is a deeply unpleasant thing, for someone to come suddenly into the media spotlight. (Fuente)

¿Murío el Dr. Kelly entonces por el pánico escénico una vez que Blair lo trajo a la luz pública? A este paso no parece entonces irrelevante que la política termine siendo para Terminators como Arnold.

Quizás la última carta con la que se jugó su cabeza Alastair Campbell fue la de propiciar un apagón tipo NY en Londres para activar un efecto mediático similar al de la semana pasada y trasladar la atención pública hacia otro lado. Este truco no funcionó y efectivamente Blair nos dio la cabeza de Campbell. Esta me parece una hipótesis muy plausible. Al fin y al cabo, después de que Bush, Blair y Aznar les creen a los informes de inteligencia que dicen que Irak tiene armas de destrucción masiva que pueden ser activadas en 45 minutos flat, ¿por qué no habríamos de darle credibilidad a los informes de inteligencia del MI6 de Utópica Ediciones?

¿Cómo nos informaría Arnold si perdiera a su jefe de comunicaciones? ¿Alastair Campbell, Terminated? Una pérdida lamentable por lo demás. Nuestros colegas comediantes ingleses desde ya lo resienten. Pero para que vean ustedes lo que es el estilo, hoy anunció Blair un «Ministerio de la Verdad«, en un sentido homenaje a Campbell.

Empecemos a cerrar esta crónica preparando el terreno para la siguiente actuación que será sin duda memorable: el fantástico actor George W. Bush pidiéndole colaboración al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para no tener que pagar solo la reconstrucción de Irak ni seguir recibiendo más muertos en contra de su popularidad en vísperas de las elecciones. A mí me parece un actor memorable, en especial, por esa candidez con la que puede olvidarse de su papel y sonreír cada vez que el público lo aplaude, aunque lo más probable es que este no será el caso cuando intervenga en la ONU, menos aún después de la muerte de Sérgio Vieira de Mello. Es tan cándido Bush que quizás le revele al Consejo que a pesar de su censura a los productos franceses, conservó French fries en el congelador de la Casa Blanca

Es que sin duda el problema más grande de que se difuminen las fronteras entre la arena política y el teatro con esto de los actores del conflicto, es que los políticos terminen creyéndose sus propios papeles, sus propias mentiras y terminen llevando a sus países a invasiones farsantes como la de Irak. Esta es la hora en que Bush todavía cree que los iraquíes están felices con su llegada y cree también que todos le creemos. En otras palabras, con estos políticos estamos terminated.

Pero no todo es negativo. Si como lo decíamos en la crónica pasada los niños después del noticiero van a decir: «Papi, papi, cuando sea grande quiero ser compositor para escribir Corridos prohibidos«, después de ver a Blair y a Bush dirán: «Papi, papi, cuando grande quiero ser actor como ellos». Necesitamos más artistas en este mundo y nuestro deber será encausar a esos jóvenes talentos. Es nuestra esperanza para salvar a la humanidad de los Terminators.

Al salir de la película le prometí a mi amiga que en todo caso no iremos a ver Terminator IV, así sea lo único que estén presentando un viernes a la medianoche.