Anda Lucía:
Category / Crónicas de viaje
Del díptico El comprador refinado presentamos: Es muy costoso
Estoy en tránsito en Barajas hacia Andalucía. Me encuentro varias camisetas amarillas con el 10 de James y, como noticia destacada en la prensa deportiva, que el Paris Saint-Germain “arroja la toalla por Di María”. Después de leer esa nota recordé la anécdota que inició este díptico.
Para el anticuario, aparte de la tradición de la fortuna, otra señal de refinamiento es el límite al hacer una compra. La falta de este límite es el rasgo característico de los Nouveau riche, el término clasista que usan para señalar a los ricos de nueva generación con mal gusto que todo lo quieren comprar sin importar el precio.
Aunque las fortunas de los jeques árabes datan de bastantes generaciones, su sello característico es el de “el precio no importa”. Un rasgo característico de los primeros grandes narcos colombianos, hasta que aprendieron a lavar su fortuna en esferas más tradicionales si se quiere.
Del díptico El comprador refinado presentamos: Olfato cazafortunas
En mi primer viaje a Nederlandia la mamá de D. nos invitó a un evento y una reunión especiales. El evento era la feria anual de anticuarios en el castillo de Amerongen, a pocos metros de su casa. El ambiente, la disposición de los objetos, la forma de vestir de los asistentes dejaban en claro de que se trataba de un evento elitista. Me lancé a pasear por la muestra y encontré una pequeña biblioteca. Empecé a mirar los libros y me encontré una joya total: El tratado del buen uso del vino, de Rabelais. Lo abrí y decía que costaba "7". El sueño de todo librero es visitar una librería de viejo y encontrarse un tesoro así, casi regalado además. Sin ser un librero pensé que la vida me estaba regalando ese momento único.
Me sobreexcité y traté de preguntarle con toda la calma y naturalidad del mundo al anticuario si el "7" eran francos, libras, marcos o florines. Cuando vio el libro en mis manos casi le da un infarto. Estiró los dedos de las manos y tomó el libro con el pulgar y el índice como pinzas que recogen el tejido más delicado. “El libro no está en venta, es la edición príncipe. Lo traigo conmigo para ilustrar el valor y antigüedad de mi colección”, me dijo mientras lo devolvía a su lugar. Me sentí muy avergonzado. “Sin embargo”, haciendo gala de sus impecables dotes de vendedor y notando mi incomodidad, continuó: “veo que tiene un exquisito gusto para seleccionar obras. ¿De dónde viene?”. De Colombia. “¡Ah! Tengo magníficos clientes colombianos”.
De aquí no me baja nadie y Hecho a mano
1. De aquí no me baja nadie
Uno de los mejores documentales del DocuFestival Andalucía 2014 es el de la colombiana Ipanema Martínez, De aquí no me baja nadie. La maestría de un documentalista está en su sentido del timing, en ese saber cuándo la realidad o el tema están listos para ser filmados. El timing de este documental no puede ser mejor: Ipanema sigue la vida de un guitarrista excéntrico, desde su trabajo de mecánico automotriz hasta su despegue cuando es contratado como guitarrista oficial del cantante popular Pipe Bueno. Su noche de consagración sucede en la tarima de un concierto en el pueblo de Aquitania, en Boyacá, a partir del cual el cantante Pipe Bueno también adquiere notoriedad nacional.
En el Q&A le preguntaron a Ipanema que cómo hizo para filmar esa meteórica carrera de un músico que nadie conocía, cuánto tiempo le tomó. Ella respondió que no tenía ni idea de que Iván Delgado se iba a convertir en una celebridad y mucho menos que cuando empezó a filmarlo terminaría acompañándolo en sus giras nacionales como guitarrista de Pipe Bueno. Ella apenas confió en su intuición: “Iván tiene una energía especial. A mí lo que me llamó la atención fue esa mezcla de la rudeza del trabajo automotriz y su pasión por la guitarra. Todo lo que quise hacer fue documentar ese contraste que me parece muy bello”.
Modo viaje y el libro de los pasajes
1.
Una mañana marcada por el modo viaje. C. escribe: “Ya me quedé sin celular, porque se lo dí a DO, una odontóloga que a veces me ayuda con las cirugías. Quedé incomunicado hasta el próximo martes. Una sensación fantástica. Quedo en modo viaje. Me trataré de desconectar de todo”. E. descubre que perdió una llamada importante porque dejó el celular en modo viaje. Adopté esa costumbre de ella antes de dormir. Inconscientemente creo que me ayuda a dormir más rápido, siento que empiezo el viaje hacia la noche.
2.
Las calles de Buenos Aires
Ya son mi entraña.
Con estos versos empieza el poema Las Calles de Borges, el primer poema de su primer libro Fervor de Buenos Aires (o del que él quiso llamar su primer libro, negando sus Himnos Rojos). Con el estudio de este poema comenzó uno de los cursos de verano que el profesor Manuel Hernández le dedicó a Borges. De ahí pasamos a leer a Poe, Baudelaire y sobre todo a Benjamin, las páginas de todos ellos que hablan sobre la ciudad. Dirección única se volvió un libro fetiche de mi modo viaje. De paseo por Berlín inicié con entusiasmo infantil una colección de señales de Einbahnstraße que me encontraba en el camino.
De ese curso me quedó una especie de plantilla para recorrer la ciudad, para conocer su entraña y explorar cómo se escribía en la mía. La necesidad de descubrir su parkway de La Soledad, como bellamente lo expresó un compañero, su fábrica de colchones, su Candelaria… La ciudad como espejo del alma.