No con mis impuestos

Vuelve un nuevo episodio de las trampas de la memoria. Me parece recordar que leí esta frase por primera vez en el artículo de un activista estadounidense protestando por la inminente invasión de Irak por allá en 2003. Aunque no me sorprendería que algún inglés la haya pronunciado un par de siglos antes. Me gustó como un acto de rebeldía ciudadana, de recuperación de la dignidad del individuo frente a los abusos del Estado, similar al No en mi nombre. Pero con la discusión sobre el tercer paquete de rescate a Grecia me empezó a fastidiar sobremanera.

Se estima que la mitad de los holandeses andan felices con esta frase para oponerse al paquete de rescate. La escuché en más de un debate televisivo: «no más apoyo al régimen corrupto, clientelista y despilfarrador de los griegos, al menos no con mis impuestos». En realidad no había mucho que debatir: la política internacional neerlandesa se rige por el viento en estas situaciones de crisis. Si todos los países votan a favor, como lo han hecho con Alemania a la cabeza, Holanda no será la voz discordante. (Sigue leyendo »»)

El seductor dopado

1.

Había un embaucador en el barrio que nos vendía las cosas más absurdas. Una vez nos dijo que había conseguido unos fósforos de los Estados Unidos con los cuales se podía ver el diablo. Para darle credibilidad a sus engaños, sobornaba a dos de sus amigos para que corroboraran sus historias: “Sí, lo vimos la otra noche, la cara roja y hasta llamas de fuego en la espalda”. Un amigo que casi siempre se dejaba impresionar por estos cuentos me convenció de que pagáramos los 5 pesos que nos pedía a cambio de una sesión para ver el diablo. El embaucador nos encerró en el cuarto de mi amigo, pidió que cerrara las cortinas pues necesitábamos oscuridad absoluta. Nos hizo prometer que jamás revelaríamos el secreto, solo podíamos confirmar que habíamos visto al diablo.

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Utopian Sniper (10). Habla el minotauro

En 2010 tu país ya estaba en bancarrota. El déficit primario era del 10%, sabes esto qué significa: has estado gastando más de lo que ingresas. ¿Por qué deberíamos pagar nosotros tus gastos extra? Jamás he dicho que tú o tus compatriotas sean una pandilla de vagos, solamente que han estado viviendo de manera irresponsable por encima de sus posibilidades. Se han endeudado astronómicamente. ¿Deben ser ahora nuestros contribuyentes los que paguen por todos tus gastos? No, la fiesta debe terminar.

Cuando iniciamos la Unión Monetaria sabíamos que tu país estaba maquillando sus cifras. La ayuda de Goldman Sachs está documentada. Pero hasta que Papandreu hizo públicas las cifras en 2009 no sabíamos el tamaño del agujero negro. Qué engaño más vergonzoso. En el año 2000 en mi partido se descubrió una donación ilegal de 100.000 marcos que no entró en la contabilidad del partido. ¿Sabes qué hice yo? Presenté mi renuncia para que nueva sangre renovará las malas prácticas del partido. Eso es decencia. En España estas ayudas ilegales se cuentan en millones de euros y no pasa nada. La corrupción en tu país es igual o más grande. ¿Entiendes la diferencia?

Tratamos de ayudarte durante cinco años. Todo ha sido en vano. El Estado griego es un atleta con sobrepeso (cuando no obeso) que quiere competir en la Eurozona: ¿es posible? No. En todos estos cinco años ha fallado en implementar todas las medidas que deberían ayudarlo a adelgazar y darle un impulso a su economía. Pero ¿cómo pedirle al zorro que no se coma las gallinas?

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Utopian Sniper (9). En un gesto de magnanimidad se le permite al héroe griego mantener su nombre

Hay lecciones de disciplina que cultivan las semillas del resentimiento, la revolución o la ruptura. Si Alexis Tsipras se sintió muy respaldado por el No en el referendo griego, el Dr. Schäuble y los demás halcones del Eurogrupo se propusieron a demostrarle lo que vale un referendo para ellos: dos semanas más tarde han forzado a la mayoría del parlamento griego a votar .

El espectáculo de ver ayer cómo casi todos los parlamentarios decían que votaban sí porque no tenían más remedio, porque la otra opción sería la debacle de su país, porque necesitan esa gota de 7 millardos de euros para que su sistema financiero no colapse, entrará en la historia de Europa como uno de los capítulos más vergonzosos y determinantes.

Los griegos han sido forzados a entregar la soberanía fiscal y sus propiedades. Lo único que hizo falta ayer fue pedirle a Grecia que cambiara su nombre.

A veces me pregunto por qué las novelas de sadomasoquismo y dominación tienen tanta acogida en los países del norte de Europa. Ayer creo que se vio una respuesta muy obvia: sencillamente les encantan, se conectan muy bien con su alma. La forma en que disciplinaron a Tsipras durante el fin de semana y ayer al parlamento griego fue todo un ejercicio exitoso de dominación. El gran problema de este despliegue de poder es que Europa amaneció asustada con Alemania, incluso los propios alemanes y miembros del partido de Merkel. “Schäuble ha roto mucha porcelana el fin de semana”, expresó uno de ellos, simbolizando el fracaso para la diplomacia de la canciller alemana.

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Utopian Sniper (8). La receta es una sola: el héroe griego firma el catálogo de las crueldades

Se sabía que el héroe griego iba a ser humillado. Lo que no esperábamos era el ataque en gavilla que le tenían preparado. Según revela Timothy Geithner, exsecretario del Tesoro de los EUA en su libro Stress Test: Reflections on Financial Crises, desde 2011 ya tenía Schäuble un plan para sacar a Grecia de la Eurozona:

He [Schäuble] told me there were many in Europe who still thought kicking the Greeks out of the eurozone was a plausible—even desirable—strategy. The idea was that with Greece out, Germany would be more likely to provide the financial support the eurozone needed, because the German people would no longer perceive aid to Europe as a bailout for the Greeks. At the same time, a Grexit would be traumatic enough that it would help scare the rest of Europe into giving up more sovereignty to a stronger banking and fiscal union. The argument was that letting Greece burn would make it easier to build a stronger Europe with a more credible firewall.

El argumento le pareció aterrador a Geithner, en especial por el costo político que tendría para la confianza en la Unión Europea, dentro y fuera. Y, como se sabe, la confianza es fundamental en la economía de mercado. La confianza fue la carta que se jugó Dijsselbloem para empezar a azotar a Tsipras: “¿Se puede confiar en los griegos aun?”, fue la pregunta con la cual se posicionó el presidente del Eurogrupo.

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