Isidro Ferrer

Mi querida amiga H. me envió una fotografía del libro de Galeano que está leyendo ahora, Los sueños de Helena, y yo quedé embelesado por las ilustraciones de Isidro Ferrer, que nunca había visto antes. H. se compadeció de mí y me envió una copia del libro de regalo.

Antes de empezar a leer el texto disfruté al máximo las ilustraciones. Me parecían obras de arte en sí mismas, incluso vi en Ferrer a un excelente alumno de Tàpies, hacía ya un tiempo que una obra de arte no me excitaba tanto. Pasé a leer los sueños de Helena, la compañera de Galeano, y quedé un poco desinflado con la escueta línea que le dedica Galeano a las ilustraciones de Ferrer:

Las obras de Isidro los acompañan, de la mejor manera.

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ChatGPT: primeras impresiones

1.

Cuando empecé a escuchar y leer de ChatGPT tuve la impresión de que era un motor de búsqueda que presentaba los resultados de Google de manera más elaborada. He leído de manera reciente a algunos columnistas que todavía dicen que no hace más que completar las frases que el usuario escribe. Error.

2.

Hace algunos meses, el ministerio del interior neerlandés se vio obligado a revelar el código fuente de la aplicación DigiD, que se utiliza para identificarse ante el Estado para tareas administrativas. Un usuario publicó una captura del código revelado.  Y otro usuario le pidió a ChatGPT que analizara ese código. La respuesta me dejó boquiabierto. No solo hizo un análisis correcto de la función sino que además propuso una alternativa más elegante y breve, si bien tiene margen de mejora, como lo demostraron las más de cien alternativas que presentaron otros programadores. A partir de este punto me pareció que tenía que dejar de lado los comentarios que había leído y lanzarme a vivir mi propia experiencia con la IA. (Sigue leyendo »»)

Allegria (2)

En la última entrega de la serie Échale salsita quedó abierta la pregunta de si el autor del arreglo había sido Papo Lucca o no. Le hice esta pregunta al maestro, profesor de piano y amigo Sergio Martínez. Su respuesta es exquisita y me siento tremendamente feliz de poder compartirla con los lectores utópicos de esta humilde bitácora. A Sergio muchas gracias de nuevo y ¡un gran abrazo!

Dice Sergio:

Apenas esta tarde me senté a hacer este pequeño análisis: ¿fue Papo Lucca quien escribió el arreglo de Allegria del álbum Guasasa? Confieso que para el reto que me propuso Daniel Ramos, amigo a la distancia en torno a la música, me bastó con revisar los créditos de discogs.com para confirmar lo que pensé desde el primer momento: ese arreglo no lo habría escrito Papo Lucca jamás de los jamases. Sin embargo quiero aportar este pequeño análisis al que Daniel ha tenido la amabilidad de invitarme.

Guasasa (1989) es una especie de segunda entrega de California Jam (1980). En California, Los Seis de la Fania reunidos iban a cumplir con un compromiso profesional, la grabación de un disco crossover que bien pudiera ser la banda sonora de un consultorio odontológico, pero por azar del destino y por fortuna, ese día el productor se enfermó y Los Seis quedaron a sus anchas grabando sendas invenciones que hicieron ahí mismo, sin preparar nada. El resultado: una de las grandes joyas del sello Fania y uno de los más queridos trabajos del Caribe latino para quienes amamos esta desbordada creación que transita entre la salsa y el latin jazz. (Sigue leyendo »»)

Allegria

Hoy la serie Échale salsita trae un tema de los Gipsy Kings al cual la Fania All Stars le echó una salsita deliciosa. Pero antes una historia.

En un reto salsero en Twitter de hace ya unos años, uno de los desafíos era mencionar una canción que a todo el mundo le gustara pero a mí no. Mi elección fue fácil: Pedro Navaja. Y acertada: las reacciones airadas ya anunciaban la cultura de la cancelación, que cómo a alguien que le gusta la salsa no le gusta Pedro Navaja, que es uno de los emblemas sagrados de la salsa, uno de los pináculos de la cultura latina, etc. etc. etc.

Me llamó mucho la atención la primera vez que la escuché en la radio. Íbamos en el Fiat Mirafiori de una pareja de tíos que no llegaban todavía a la treintena. Vivían a plenitud el período más glorioso de la salsa. De hecho mi tía era conocida por la coreografía que hacia de la canción, vestida con gabán y sombrero de ala ancha, creo que hasta con palillo en los dientes, y movimientos de salsa dura. Fue la primera vez que vi un cómic hecho realidad, más allá del Batman o Superman que mostraban en la tele. (Sigue leyendo »»)

Democracia, genocidio y negación: una neurosis de larga duración

Estudié Ciencia Política por varios motivos, entre ellos, la existencia de niños abandonados en las calles de Bogotá, la retoma brutal del Palacio de Justicia, la lectura de los Escritos Políticos de Hermann Hesse, que me llevaron entre otras a desarrollar mi primer síndrome de Don Quijote, a la lectura de Paideia y a sembrar los pilares de mi pensamiento utópico. Me gradué de la universidad sin haber tocado de lejos ninguno de estos temas, con una terrible angustia porque sentía que había un abismo entre la realidad estudiada en la universidad y la que vivíamos afuera. La palié un poco con mi monografía de grado, en la que hice un estudio del Estado colombiano desde otro ángulo, creo que más acertado pero que incluso hoy en día se queda corto, el propuesto por el profesor Fernán Gonzáles de País en construcción, que en realidad es una figura benévola para un Estado apropiado por la plutocracia nacional y sin interés alguno en crecer para cubrir a todos los colombianos. También investigué un poco la toma y retoma del Palacio, un estudio que también he ido actualizando con el tiempo y el descubrimiento de nuevos hechos.

Esta semana ha habido dos acontecimientos que me han confirmado que, en efecto, la Ciencia Política que estudié está muy desfasada con la realidad de Colombia: la condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al Estado colombiano por el genocidio sistemático de la Unión Patriótica durante 20 años y la de Camilo Tarquino, expresidente de la Corte Suprema de Justicia por ser miembro del Cartel de la Toga. (Sigue leyendo »»)