Los creadores de teorías de la conspiración no descansan. Nos legaron esta semana dos teorías conspirativas sobre el MH370. Una propia de la ciencia ficción, la segunda del terror.
Teoría 1.
En 1994, un segmento de la oposición antimonárquica e independentista malaya no tuvo más remedio que huir del país so pena de ser encarcelados por órdenes del rey. Como ningún país aliado quiso recibirlos decidieron fundar su propia versión de Atlantis en el océano Índico. En el MH370 viajaba una delegación de diez científicos chinos expertos en energía hidráulica. El ejército rebelde decidió secuestrarlos y desviaron el MH370 hacia su refugio en el Índico.
Teoría 2.
Dado que cada vez toma más fuerza la teoría de que Bin Laden está vivo, Al Qaeda decidió secuestrar el MH370 y llevarlo a la base militar estadounidense de Diego García en el Índico. Aún no está claro si quería estrellarlo contra la base militar o si quería forzar el canje de prisioneros de Guantánamo por los ciudadanos chinos que van en el avión. Al fin y al cabo China es la dueña por deuda pública de los EUA y ve muy probable la presión china para lograr el intercambio. Los teóricos conspirativos más extremistas dicen que el MH370 fue en efecto derribado al invadir el espacio aéreo de Diego García y desde el 11-S la Fuerza Aérea tiene órdenes expresas de derribar los aviones invasores. Ahora que se sabe que viajaban 150 ciudadanos chinos, los EUA no ha hecho público que derribó el avión y prefiere alimentar la teoría de que desapareció en medio del Índico.
Una teoría terrorífica, pues significa que cualquier avión civil puede ser utilizado ahora para atacar las bases estadounidenses en el extranjero. La única defensa que tiene EUA es derribar estos aviones en el aire, con toda la muerte de civiles que conlleva. Si va a viajar de Málaga a Madrid, por ejemplo, su avión podría ser secuestrado por Al Qaeda para ser estrellado contra la base de Rota. O un vuelo Creta-Atenas para ser estrellado contra la base en el Egeo. O Bogotá-San Andrés. O Amsterdam-Berlín. O Pekín-San Francisco. Las posibilidades son infinitas, escoja su (¿último?) vuelo.