Contrastes

1.

En 1999, al año de instalado en Amsterdam, charlaba en un bar con uno de los consejeros del alcalde Patijn. Me contaba que estaban aterrados con la cifra de muertes violentas en el 98 en la ciudad, una cantidad récord y completamente escandalosa que había activdado todas las alarmas: 65. El alcalde convocó un grupo de acción inmediata para entender qué estaba sucediendo y qué se podía hacer al respecto. No pude evitar reírme por la comparación tan absurda: estaba tan acostumbrado a escuchar que sólo en el Barrio Santa Fe, en Bogotá, era común que entre 25 y 30 personas murieran de forma violenta en un fin de semana. ¿Cómo podía estar el gabinete del alcalde en shock por 65 muertes? Leí ayer que la cifra de muertes violentas en Amsterdam bajó este año a 30 personas, 11 más que en 2008. La versión impresa de Het Parool trae una infografía con el índice de muertes violentas desde el 98 hasta este año. 1998 fue en verdad un año atípico y de ahí la preocupación de Patijn. Las medidas que se tomaron funcionan, a pesar de que los barrios típicos donde se dan más muertes siguen encabezando la lista. "¿30 muertos en un año? Qué ciudad más insegura", dicen los holandeses que abominan Amsterdam. Un país utópico donde la vida aún es la principal prioridad política. Het Parool dedicó dos páginas a nombrar uno a uno los muertos y la causa de su muerte. Mencionó también los casos que ya han sido resueltos o están a la espera de sentencia del juez (21). (Sigue leyendo »»)

Peor, imposible

Gracias a este artículo cómico de Vila-Matas, Escritores malos y memorables, me suscribí a la "Joya del día" de William Topaz McGonagall. El verso que cita Vila-Matas de cuando McGonagall visitó Nueva York es de antología: "En Nueva York comí salchicias de pork" (no he encontrado el poema aún pero sería algo como "In New York I ate sausages of pork", una rima perfecta). En Wikipedia no son más benevolentes con McGonagall:
 

McGonagall also considered himself an actor, although the theatre where he performed, Mr Giles' Theatre, would only let him perform the title role in Macbeth if he paid for the privilege in advance. Their caution proved ill-founded however, as the theatre was filled with friends and fellow workers, anxious to see what they correctly predicted to be an amusing disaster. Although the play should have ended with Macbeth's death at the hands of Macduff, McGonagall believed that the actor playing Macduff was trying to upstage him, and so refused to die.

Todo un personaje, sin duda. Mi amiga Margarita B. que no es para nada aficionada a Vila-Matas, leyó el artículo por mi insistencia y concluyó que era toda una crueldad burlarse así de una persona que solamente quiso escribir poesía. En principio estoy de acuerdo con ella, pero las historias de McGonagall, y en especial sus versos, me superan. Acabo de descargar su autobiografía, que según la misma página dedicada a él, dice que es extremadamente divertida. Vamos a ver.