Contrastes

1.

En 1999, al año de instalado en Amsterdam, charlaba en un bar con uno de los consejeros del alcalde Patijn. Me contaba que estaban aterrados con la cifra de muertes violentas en el 98 en la ciudad, una cantidad récord y completamente escandalosa que había activdado todas las alarmas: 65. El alcalde convocó un grupo de acción inmediata para entender qué estaba sucediendo y qué se podía hacer al respecto. No pude evitar reírme por la comparación tan absurda: estaba tan acostumbrado a escuchar que sólo en el Barrio Santa Fe, en Bogotá, era común que entre 25 y 30 personas murieran de forma violenta en un fin de semana. ¿Cómo podía estar el gabinete del alcalde en shock por 65 muertes? Leí ayer que la cifra de muertes violentas en Amsterdam bajó este año a 30 personas, 11 más que en 2008. La versión impresa de Het Parool trae una infografía con el índice de muertes violentas desde el 98 hasta este año. 1998 fue en verdad un año atípico y de ahí la preocupación de Patijn. Las medidas que se tomaron funcionan, a pesar de que los barrios típicos donde se dan más muertes siguen encabezando la lista. "¿30 muertos en un año? Qué ciudad más insegura", dicen los holandeses que abominan Amsterdam. Un país utópico donde la vida aún es la principal prioridad política. Het Parool dedicó dos páginas a nombrar uno a uno los muertos y la causa de su muerte. Mencionó también los casos que ya han sido resueltos o están a la espera de sentencia del juez (21).

En contraste, coincidencialmente aparece hoy la cifra de muertes violentas en Colombia por la Nochebuena: 29. Si mal no recuerdo, la victoria 5-0 de Colombia sobre Argentina cobró 81 muertos. Con su típico humor, Roberto Fontanarrosa dijo: "Si Colombia gana el Mundial de fútbol, hay que enviar con urgencia a los Cascos Azules antes de que acabe el país".

De las 1.226 riñas, 1.000 se registraron en Medellín. Al análisis escrito por Tomáz en equinoXio, habría que agregarle entonces la necesidad urgente de promover la "Navidad Zanahoria" en Medellín, sugiriendo que el niño Jesús nazca a las 12 pero del mediodía, de tal manera que la cena y el consumo de alcohol sean remplazados por un vigoroso almuerzo libre de aguardientico.

2.

Margarita me dice que Tarantino come mocos al lado de los guionistas del crimen que dejó seis cabezas en una Iglesia en México: "Quiero contratar a esos tipos como guionistas. Son atroces, pero tienen una capacidad infinita para crear imágenes poderosas e inolvidables". De Quincey podría estar de acuerdo con ella. Me puse a la tarea de buscar entre los 30 asesinatos de este año si habría alguno con imágenes poderosas e inolvidables. No encontré ninguno.

En un caso, había un eco fariano-paramilitar, pues se descubrió el cadáver de un irlandés picado en pedazos flotando en bolsas de basura en un río (los paramilitares no tienen consideración con los visitantes del río y por ello no utilizan bolsas). Para identificarlo hicieron la prueba fariana "Iván Ríos": enviaron los dedos amputados a Europol, que identificó a la víctima como el temido criminal irlandés Keith Ennis, de 29 años. El otro caso medio mencionable, por su toque cómico, fue el del rapero Farrell Provence, de 26 años: se fue con 4 amigos a atacar a otro joven en una ciudad a 200 kilómetros de distancia. El motivo: sospechaban que se había robado la cadena de oro de otro rapero, y esto en el mundo del bling-bling es un crimen imperdonable. Asaltaron al sospechoso en su casa y le dieron una paliza inmisericorde con bates de beisbol. Como usan los jeans en las rodillas, a uno de los asaltantes se le cayó un revolver, la víctima lo cogió y les disparó a todos, hiriendo de muerte a Provence. Los amigos, poco conocedores del lugar en donde estaban, decidieron recorrer los 200 kilómetros de regreso a Amsterdam para botar, literalmente, a su amigo herido frente a un hospital, quien falleció a los pocos minutos: si lo hubiesen llevado a la clínica que estaba a 15 kilómetros del lugar del asalto, habrían salvado su vida. Fueron todos detenidos, incluyendo al otro joven asaltado. Margarita tiene razón: difícil lograr la imagen de los guionistas mexicanos.