1.
Cuando empecé a escuchar y leer de ChatGPT tuve la impresión de que era un motor de búsqueda que presentaba los resultados de Google de manera más elaborada. He leído de manera reciente a algunos columnistas que todavía dicen que no hace más que completar las frases que el usuario escribe. Error.
2.
Hace algunos meses, el ministerio del interior neerlandés se vio obligado a revelar el código fuente de la aplicación DigiD, que se utiliza para identificarse ante el Estado para tareas administrativas. Un usuario publicó una captura del código revelado. Y otro usuario le pidió a ChatGPT que analizara ese código. La respuesta me dejó boquiabierto. No solo hizo un análisis correcto de la función sino que además propuso una alternativa más elegante y breve, si bien tiene margen de mejora, como lo demostraron las más de cien alternativas que presentaron otros programadores. A partir de este punto me pareció que tenía que dejar de lado los comentarios que había leído y lanzarme a vivir mi propia experiencia con la IA. (Sigue leyendo »»)