De la llegada de Pep Guardiola al Bayern Munich al Kaiser Beckenbauer le preocupa lo mismo que a William Vinasco Ch.: Mucho toque toque y de aquello nada. Guardiola, gran heredero de la escuela iniciada por Rinus Michels y continuada por Van Gaal, es el artífice del mejor equipo de fútbol moderno conocido hasta ahora. La exitosa selección española también se benefició en gran parte de su obra. La prueba excelsa de que se puede ganar con un fútbol precioso.
Medio en broma medio en serio afirmó que el secreto del Barça era hacer todo para que Messi estuviese contento. La lista de damnificados por ese mantra es bastante larga, quizás sea el precio a pagar para disfrutar al máximo del mejor jugador del mundo.
El Tata Martino tuvo un año para lamentar en el Barça, sobre todo por las lesiones en la defensa y la pérdida en el campo del gran capitán Puyol. Sin defensa sólida ningún equipo, por más Messi que tenga, tiene posibilidad de ganar grandes títulos. Dentro de los aciertos del Tata hay uno muy destacable: la libertad que les concedió a Alexis y Neymar. Para bien del Barça y, sobre todo, de la dimensión artística y creativa del fútbol.
Recién llegado al Barça le dijeron a Alexis que tendría que aprender a jugar de nuevo. Cual alumno aplicado se esforzó en hacer tabula rasa de todo lo que sabía para empaparse del nuevo conocimiento. Hoy las directivas del Barça lo llaman un activo transferible. El Tata recordó las jugadas estelares de Alexis y le dijo: “Desátate, necesito que juegues así”. Y empezamos a ver deslumbres del mejor Alexis.
La terapia con Neymar fue otra: Donde manda capitán no manda marinero. Cruijff fue más contundente: En un mismo gallinero no puede haber dos gallos. Neymar, haciendo gala de una flexibilidad muy alegre por cierto, afirmó desde el primer día que él venía a ayudar al Barça y a que Messi siguiera siendo el número 1 del mundo, a jugar donde crean que es mejor para el equipo. Casi que le dicen lo mismo que a Alexis, solo que el Barça en ese momento sí necesitaba de la mejor versión de Neymar, no de un marinero más.
En Brasil 2014 estamos viendo a Alexis y Neymar en todo su esplendor, y aún pueden ir a más. Si Luis Enrique logra el cambio de hacer todo para que Messi esté contento a hacer todo para que Messi, Neymar, Alexis e Iniesta jueguen juntos estamos ad portas de ver lo nunca visto.
De lo más duro de esos duelos fratricidas latinoamericanos que se avecinan es que uno de los dos se quedará en el camino. Lo único bueno es que ambos han mostrado de lo que son capaces cuando se les deja. Solo queda cruzar los dedos porque Luis Enrique sepa o pueda hacer realidad esa crónica utópica.