The Man, 11. Utopías que matan

Llevo mucho posponiendo esta entrada pero por rigor con mi oficio de cronista utópico no puedo dilatarla más: se trata de un nuevo capítulo del libro Utopías que matan.

En el viaje al lugar de La Mancha hicimos una parada estratégica con D. en Madrid para entrevistarnos con el psiquiatra que estaba organizando un simposio de psiquiatría en Sevilla ese año. Nuestra tarea era averiguar, entre los psiquiatras participantes, si habían tenido contacto con pacientes que les permitieran hablar del síndrome de Don Quijote, de personas que hubiesen experimentado una profunda transformación en sus vidas luego de leer un libro (o ver una película también), de tal manera que su percepción de la realidad se alterase, y de pacientes que luego de pasar por este síndrome hubiesen logrado superarlo, como hace al final Alonso Quijano. El esfuerzo parece que no cayó en terreno árido, pues ya se presentó oficialmente el concepto en la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. Para los cronistas utópicos, el Síndrome de don Quijote abarca también la persecución de utopías letales (aquellas que pueden llevar a la muerte propia o de otras personas).

Anders Behring Breivik es el caso más reciente reconocido de síndrome de don Quijote. Las fuentes de su utopía (una Noruega sin musulmanes ni multiculturalismo; su etnia pura y bien conservada) son múltiples, un amplio espectro que va de Wikipedia a Geert Wilders, el líder de la ultraderecha holandesa.

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Ciudadanía inteligente

Ataques a Transmilenio

Todavía sigo impactado por los ataques a TransMilenio en Bogotá. Mi deseo piensa –junto con el alcalde Petro– que hay una mano oscura detrás de esos ataques, porque me parece inconcebible que jóvenes estudiantes universitarios (y se necesita cierto grado de inteligencia para ingresar a la universidad) piensen que la mejor forma de mejorar el sistema es destruyéndolo. Siento también nostalgia por la alcaldía de Mockus, evidentemente estos son jóvenes que aún no han aprendido a emprender acciones lúdicas para llamar la atención sobre un problema y buscar en conjunto una solución.  (Sigue leyendo »»)

Hasta la última gota, 2

Anoche volví a soñar con la imagen del esqueleto en el desierto, acompañada por la frase hasta la última gota, un eco del cuento con el mismo nombre. Recordé entonces el poema A Skeleton, de Tagore, donde aparece también esa última gota:

A Skeleton, by Rabindranath Tagore

A beast’s bony frame lies bleaching on the grass
by the meadow path –
the grass that once had given it strength and tender rest.
The dry white bones seem like the hard laughter of Time
which cries to me:
‘Thy end, proud man, is one with the end of the cattle
that graze no more,
for when thy life’s wine is spilt to its last drop
the cup is flung away with a final unconcern.’

‘Hollow is thy mockery, Death’ said I in answer,
Mine is not merely the life that pays its bed and board
at close of day
with its bankrupt bones and is made destitute.
Never can my life contain to the full all that I have thought
and felt, gained and given, listened and uttered.
Often my mind has crossed time’s border,
Is it to stop at last for ever at the boundary of
crumbling bones?

Flesh and blood can never be the measure of the truth that is
myself;
the days and moments cannot wear it with kicks at every step
as they pass on;
the wayside bandit, dust, dares not rob it of all its possession.
Know that I have drunk the honey of the formless
from the lotus of endless forms;
in the bosom of sufferings I have found the secret path
of delight;
I have heard in my being the voice of Eternal Silence;
have seen the tracks of light across the empty desert of the
dark.
Death, I accept not from thee
that I am a gigantic jest of God,
that I am the annihilation built with all the wealth
of the infinite.

Rabindranath Tagore y Victoria Ocampo: ella se sentaba a sus rodillas cual discípula escuchando atenta a su maestro.
Rabindranath Tagore y Victoria Ocampo

Un poema que acaba con la igualdad entre los seres humanos: sí, todos seremos polvo al final, pero la diferencia está en los recuerdos que acumulan nuestras cenizas. Lo más curioso de este poema es que fue escrito cuando Tagore caminaba en la Pampa argentina (Aquí un recuento breve de la estancia de Tagore en Argentina por cortesía de Victoria Ocampo). Ocampo lo invitó a conocer la Pampa y en medio de su exuberancia lo que llama la atención de Tagore es precisamente el esqueleto de un animal muerto. Gracias a este encuentro, Tagore nos deja un poema que refleja toda su vitalidad de manera apofática, hasta la última gota.

Historia

Clase de historia con los estudiantes menos preparados de la escuela. Dicto esta clase y soy además su mentor. Ya vamos en la sexta semana de clases. A pesar de que llevo una relación cordial con los estudiantes, esto no debe de impedir que haya críticas hacia mí. Es lo que piensa Tanja, quien en medio de la clase con un cierto tono entre la fatiga y la irritación me dice: "Profe, ¡usted siempre hablando del pasado!".

R. ROORDINK

Equipo editorial

Lo único placentero de leer la noticia sobre la posible quiebra de Selexyz ayer fue el cubrimiento de la noticia por parte del NRC. La escogió como noticia central (páginas 4 y 5):

El cuerpo está dedicado a la investigación sobre la empresa, su estado financiero, la evolución histórica de la deuda y los posibles escenarios de aquí al futuro cercano. En la parte superior se encuentra una serie de pequeñas entrevistas a personas que recién compraron un libro en Donner, la tienda de Rotterdam, y lo que significaría para la ciudad su desaparición. La columna de la derecha explora las consecuencias de la crisis de Selexyz para las editoriales, el quiebre de uno de sus principales canales de ventas. En el centro una de las mejores fotos de la librería, acompañada al margen del listado de las principales librerías en el país. (Sigue leyendo »»)