Para sorpresa mundial ganó el No el plebiscito. Los votantes del Sí se preguntan con qué clase de gente están conviviendo en el país. Como se anotaba en la entrega anterior, la falta de discusión del Acuerdo con la sociedad llevaría a que el No tendría un millón de interpretaciones. Como votante del No y consumado antifuribista comparto mis razones para haber votado No:
1. La votación bajo la amenaza de guerra:
El gobierno de Santos escogió la carta del fin de la guerra con las Farc como el punto fuerte del Acuerdo, so pena de continuar de manera indefinida el conflicto interno. Pero en el fondo esta presentación equivalía a una extorsión velada: firman sí o seguimos la guerra, como hacen las mafias para justificar el cobro de seguridad. El hecho de que las partes puedan decretar el cese del fuego y dialogar demuestra que existen otros caminos para continuar con el enfrentamiento que no sea la vía armada. Ahora bien, tratándose de las Farc, que se levantaron del Caguán con la convicción de que se tomarían el poder por las armas, es comprensible que el país pudiera creer que esta era la disyuntiva. Retomar el camino de las armas para la guerrilla equilvadría en este momento a asumir su condición de fuerza extorsionista más que guerrillera pues su método es negociar bajo la amenaza de la destrucción de la guerra. Aún así habló la voz del pueblo y les dijo No. (Sigue leyendo »»)