Ciudadanía inteligente

Ataques a Transmilenio

Todavía sigo impactado por los ataques a TransMilenio en Bogotá. Mi deseo piensa –junto con el alcalde Petro– que hay una mano oscura detrás de esos ataques, porque me parece inconcebible que jóvenes estudiantes universitarios (y se necesita cierto grado de inteligencia para ingresar a la universidad) piensen que la mejor forma de mejorar el sistema es destruyéndolo. Siento también nostalgia por la alcaldía de Mockus, evidentemente estos son jóvenes que aún no han aprendido a emprender acciones lúdicas para llamar la atención sobre un problema y buscar en conjunto una solución.  (Sigue leyendo »»)

Hasta la última gota, 2

Anoche volví a soñar con la imagen del esqueleto en el desierto, acompañada por la frase hasta la última gota, un eco del cuento con el mismo nombre. Recordé entonces el poema A Skeleton, de Tagore, donde aparece también esa última gota:

A Skeleton, by Rabindranath Tagore

A beast’s bony frame lies bleaching on the grass
by the meadow path –
the grass that once had given it strength and tender rest.
The dry white bones seem like the hard laughter of Time
which cries to me:
‘Thy end, proud man, is one with the end of the cattle
that graze no more,
for when thy life’s wine is spilt to its last drop
the cup is flung away with a final unconcern.’

‘Hollow is thy mockery, Death’ said I in answer,
Mine is not merely the life that pays its bed and board
at close of day
with its bankrupt bones and is made destitute.
Never can my life contain to the full all that I have thought
and felt, gained and given, listened and uttered.
Often my mind has crossed time’s border,
Is it to stop at last for ever at the boundary of
crumbling bones?

Flesh and blood can never be the measure of the truth that is
myself;
the days and moments cannot wear it with kicks at every step
as they pass on;
the wayside bandit, dust, dares not rob it of all its possession.
Know that I have drunk the honey of the formless
from the lotus of endless forms;
in the bosom of sufferings I have found the secret path
of delight;
I have heard in my being the voice of Eternal Silence;
have seen the tracks of light across the empty desert of the
dark.
Death, I accept not from thee
that I am a gigantic jest of God,
that I am the annihilation built with all the wealth
of the infinite.

Rabindranath Tagore y Victoria Ocampo: ella se sentaba a sus rodillas cual discípula escuchando atenta a su maestro.
Rabindranath Tagore y Victoria Ocampo

Un poema que acaba con la igualdad entre los seres humanos: sí, todos seremos polvo al final, pero la diferencia está en los recuerdos que acumulan nuestras cenizas. Lo más curioso de este poema es que fue escrito cuando Tagore caminaba en la Pampa argentina (Aquí un recuento breve de la estancia de Tagore en Argentina por cortesía de Victoria Ocampo). Ocampo lo invitó a conocer la Pampa y en medio de su exuberancia lo que llama la atención de Tagore es precisamente el esqueleto de un animal muerto. Gracias a este encuentro, Tagore nos deja un poema que refleja toda su vitalidad de manera apofática, hasta la última gota.

A cuentagotas

De paseo el año pasado por Bogotá tuve una especie de ataque de pánico: caminaba por Chapinero haciendo un recorrido de la nostalgia y ya no existían varias de las librerías que antes visitaba: la Buchholz, Arcadia, Alejandría, Enviado Especial… fui corriendo a Oma para descubrir que era ahora un café restaurante y que la bella librería diseñada por Salmona la ocupaba una tienda de tacos mexicanos o algo parecido. La librería de la 85 con 15 se había metamorfoseado en licorera. Igual me pasó con varias tiendas de música: sentí pánico, que me asfixiaba, ¿qué sería de Bogotá sin librerías ni tiendas buenas de música? Corrí a Biblos y fue mi salvavidas en ese momento. Después llamé a amigos a que me contaran en dónde estaban comprando libros y gracias a su afecto conocí varias librerías nuevas. Con la música no tuve tanta suerte, las tiendas tienen en general un inventario muy limitado.

El fenómeno es global. El placer de visitar Borders en NYC se acabó. Las librerías van desapareciendo a cuentagotas. Ayer sentí el dolor que produce cada una de esas gotas, solo que está a punto de caer LA gota: la cadena de librerías Selexyz está al borde de la bancarrota. Corre peligro entonces la librería más bella del mundo: Selexyz Dominicanen en Maastricht.

(Más imágenes en Flickr). (Sigue leyendo »»)

Uno de estos niños no es como los otros

"¿Qué le gustaría hacer si fuese invisible por un día?" es una pregunta ingeniosa que apela a nuestro ser voyerista. Se la hicieron hace poco a un joven futbolista carismático quien respondió: “Me imagino que iría al baño de mujeres en un gimnasio”. Woody Allen la respondió en Alice con las hierbas del Dr. Yang, haciendo invisibles a sus protagonistas para que vieran la vida privada de sus seres queridos e incluso participaran en una sesión de psicoterapia de sus exparejas. Esta información es poderosa y es uno de los recursos vitales de todos los organismos de inteligencia públicos o privados. De ahí la imperiosa necesidad de regular su práctica y alcance.
 
Ayer Rebekah Brooks fue detenida y liberada bajo fianza por obstrucción de la justicia en el caso de las escuchas de los detectives privados contratados por News of the World. El mes pasado el juez Baltazar Garzón fue expulsado de manera fulminante de su cargo e inhabilitado por 11 años por haber autorizado las escuchas a los abogados con sus clientes en prisión de la red Gürtel. Nuestra mujer que sabe demasiado,  no nuestra mujer en Ciudad de La Habana sino en Ciudad de Panamá, María del Pilar Hurtado, exdirectora del DAS, goza mientras tanto del asilo político: uno de estos niños no es como los otros. No, no me refiero al juez Garzón (quien evidentemente no merece esta compañía femenina) sino al alcance de la justicia con quienes han practicado de manera justificada o injustificada e ilegal las escuchas. (Sigue leyendo »»)

Tres encuentros cercanos con la muerte y una sola sombra larga

Amanecí aterrado. The Descendants me pareció malísima y como tantas veces me sucede con los Oscar, no vi de dónde sacó Clooney una nominación a mejor actor. Recordé lo que me decía un amigo en la universidad: es que Oscar hace rato que no va a cine. Lo único que me gustó de la película fue el acompañamiento a un ser querido en su camino a la muerte. Obviamente tuve que pensar en D para concluir que comparando nuestros estilos de vida quizás fallezca yo primero que ella. A lo único que me aferro de que esto no será así es el recibimiento que me dieron tres chamanas en Perú en momentos separados: todas empezaron diciendo: "larga vida". Amanecí aterrado porque esta reflexión sobre la muerte me llevó a recordar tres momentos (y otro que no creo que clasifique pero igual lo voy a contar) en los cuales la vi de cerca. Desde entonces no entiendo a quienes dicen que no le temen a la muerte. Lo aterrador fue darme cuenta de que D siempre ha estado física o espiritualmente presente en esos tres o cuatro momentos. (Sigue leyendo »»)